El papa Francisco pidió en la homilía de su primera misa del año, en la basílica de San Pedro, que la Iglesia sea “humilde, pobre de cosas y rica de amor” e instó a los cristianos a “comenzar desde el centro”. El pontífice celebró la primera eucaristía del año en la basílica vaticana, el día en el que la Iglesia celebra la 51ª Jornada Mundial de la Paz, para la que escribió un mensaje en el que criticó a quienes fomentan el miedo a los inmigrantes.
En ese mensaje, en el que el Vaticano ya difundió con antelación el pasado noviembre, el papa se muestra contrario a quienes incitan al miedo a los inmigrantes a veces con fines políticos, pues crean solo racismo y violencia.
“Los que fomentan el miedo hacia los inmigrantes, en ocasiones con fines políticos, en lugar de construir la paz, siembran violencia, discriminación racial y xenofobia, que son fuente de gran preocupación para todos aquellos que se toman en serio la protección de cada ser humano”, escribió el pontífice.
En su mensaje de la Jornada de la Paz, que este año tiene el título de “Inmigrantes y refugiados: hombres y mujeres que buscan la paz”, Jorge Bergoglio advierte que “las migraciones globales seguirán marcando nuestro futuro”.
En su homilía, en San Pedro, dedicada a la Virgen María, el papa pidió a los fieles congregados en la basílica vaticana que dejen “los fardos del pasado” y empiecen “de nuevo desde lo que importa” e insistió en que Dios quiere que la Iglesia sea como la Virgen, “madre tierna”.
La celebración eucarística en el Vaticano estuvo dedicada a la “solemnidad de María Santísima Madre de Dios” y, con esta ocasión, el papa afirmó que la devoción a María “no es una cortesía espiritual, sino una exigencia de la vida cristiana”.
“El don de la Madre, el don de toda madre y de toda mujer es muy valioso para la Iglesia, que es madre y mujer”, afirmó Jorge Bergoglio. “Y mientras el hombre frecuentemente abstrae, afirma e impone ideas; la mujer, la madre, sabe custodiar, unir en el corazón, vivificar”, agregó.