El gobierno británico anunció que los pasaportes de sus ciudadanos dejarán de ser de color burdeos, como los del resto de Europa, para volver a su azul tradicional, suscitando fuertes reacciones en Internet.
“El pasaporte británico es una señal de nuestra independencia y nuestra soberanía, símbolo de una ciudadanía orgullosa de su gran nación. Por ello hemos decidido volver al emblemático pasaporte azul tras nuestra salida de la Unión Europea en 2019”, indicó Theresa May en la red social Twitter.
“Salir de la UE nos ofrece una ocasión única de restablecer nuestra identidad nacional”, declaró en un comunicado Brandon Lewis, secretario de Estado para inmigración, que prometió que el nuevo pasaporte será “uno de los documentos más seguros del mundo, con nuevas medidas para protegerlo contra el fraude y las falsificaciones”.
Empero la jefa de gobierno de Escocia, Nicola Sturgeon no tardó en responder al anuncio. “El movimiento abierto, inclusivo, cívico e internacionalista a favor de la independencia de Escocia, al que estoy orgullosa de pertenecer, está en las antípodas de esta obsesión retrógrada, mezquina a favor de un pasaporte azul”, escribió en Twitter.
Tras la publicación del mensaje de Sturgeon, un internauta propuso de broma que se eligiera el nuevo color de pasaporte entre los diferentes motivos de tartanes, las telas emblemáticas de Escocia.
Los nuevos pasaportes azules se entregarán cuando expire el contrato con el actual fabricante, en octubre de 2019. En el lapso de tiempo entre el Brexit, previsto el 29 de marzo de 2019, y el mes de octubre, se seguirán usando pasaportes burdeos, pero se borrará la mención Unión Europea de su tapa.
Los pasaportes británicos empezaron a utilizar el color azul en 1921, antes de que el país se uniera a la UE y comenzara a emitir en 1988 el documento en formato único elegido para el conjunto de países de la Unión Europea. El tabloide conservador The Sun, acérrimo partidario del Brexit que había hecho campaña por el regreso del pasaporte azul, celebró “una victoria fenomenal” y afirmó que el Gobierno “había aceptado su petición”.
“Un bonito regalo de Navidad para aquellos a los que les importe la identidad nacional; el restablecimiento de nuestro propio pasaporte británico es un poderoso símbolo del regreso del Reino Unido”, escribió el diputado conservador Andrew Rosindell en Twitter.
En realidad el Reino Unido podría haber conservado el color de su pasaporte en 1988. Los Estados miembros del bloque acordaron entonces características comunes como el color burdeos, el formato del papel o el uso de las palabras “Unión Europea” escritas en el idioma de cada país, pero jamás obligaron a adoptarlas. Algunos se burlaron este viernes del revuelo causado por el anuncio.
“Esto cambia todo. Ahora soy un ferviente partidario del Brexit, si esto significa que puedo tener un pasaporte azul”, bromeó en Twitter Ian Murray, un diputado laborista pro-UE. “¡Ojalá hubieran presentado este argumento antes, habríamos podido ahorrar tanto tiempo!”, agregó.