El Banco Mundial lanzó este jueves un informe en el que analiza cómo reforzar el crecimiento inclusivo y beneficiar a más personas con la integración de Argentina en la economía global. En el análisis, se detalla el estado actual del comercio exterior, la inversión extranjera y la competencia, y se proponen políticas para impulsar la prosperidad compartida, mejorando el bienestar del consumidor y generando oportunidades de mejores empleos.
“La integración inteligente al mundo es uno de los pilares de desarrollo de la Argentina. Fuimos una de las economías más cerradas del planeta y eso nos trajo atraso. Ahora, el país dialoga con el mundo, negocia nuevos mercados y tiene una fuerte vocación exportadora para ser parte de una región en crecimiento y una economía global que sigue avanzando”, señaló el Ministro de Producción de Argentina, Francisco Cabrera.
El Informe ‘Fortaleciendo la integración de la Argentina en la Economía Global: Propuestas de política para comercio, inversión y competencia’ resalta las oportunidades de crecimiento que implica la apertura comercial. Por ejemplo, se calcula que la eliminación de los derechos de exportación incrementaría el PIB en por lo menos uno por ciento, o, relativo a proyecciones económicas al 2020, lo cual se equivale a aproximadamente US$6.9 mil millones. Además, estima que un tratado de libre comercio (TLC) entre Mercosur y la Unión Europea aumentaría las exportaciones argentinas a dicho bloque en un 80%, relativo a proyecciones económicas al 2030. Mientras un TLC entre Mercosur y la Alianza del Pacífico incrementaría las exportaciones a los países de dicho bloque en un 25%. La Argentina, con un solo tratado de libre comercio vigente, mientras los países a nivel mundial participan en promedio en 14 acuerdos de libre comercio, pierde oportunidades de aumentar el ingreso de sus ciudadanos.
Al mismo tiempo, el Informe destaca la relevancia de complementar la apertura comercial con una política de competencia que asegura un buen funcionamiento de los mercados domésticos, en beneficio de las poblaciones más vulnerables. Por ejemplo, resulta importante lograr precios competitivos en los productos básicos. Sin embargo, entre 2010 y 2015, los alimentos más importantes fueron, en promedio, un 13% más altos en Buenos Aires que en otras capitales del mundo.
“Cuando las reglas del juego en el mercado local estimulan que las empresas ofrecen el mejor producto o servicio al menor precio, la población se beneficia al poder acceder a precios competitivos y trabajos de calidad,” dijo Martha Martínez Licetti, Economista Líder del Banco Mundial y una de los autores principales del Informe.
El Informe identifica la creación de mejores empleos como una ventaja importante para Argentina en su apertura a mercados internacionales. El comercio internacional aumenta la transferencia de conocimiento entre trabajadores porque uno aprende exportando, asumiendo estándares internacionales mientras se profundiza vínculos con proveedores locales. Además, con más posibilidades de inversión, acceso a insumos de calidad a precios competitivos y capacidad de prosperar en mercados globales, aumenta la competitividad del mercado local y las empresas crecen. La evidencia muestra que empresas exportadoras pagan mejores salarios y el comercio promueve el empleo. Al mismo tiempo, el proceso de integración en la economía global implicará costos de transición que deben abordarse. Una buena práctica internacional es proteger a los trabajadores con políticas tanto proactivas (capacitación), como pasivas (apoyo a los ingresos y programas de seguridad social).
Actualmente la economía argentina está poco conectada con la economía mundial. Los flujos comerciales han caído casi a la mitad durante la última década. Mientras los países a nivel mundial participan en promedio en 14 acuerdos de libre comercio, Argentina solo ha suscrito uno a la fecha. El país tampoco recibe mucha inversión extranjera directa (IED). El valor de los flujos de IED solamente alcanzó 2% del PIB entre 2000 y 2015, por debajo del promedio de la región (3,6%).
El Informe reconoce avances recientes como la reducción de los derechos de exportación y la introducción de un nuevo sistema de administración de importación, además del fortalecimiento de instituciones de promoción de inversión y políticas de competencia. Para seguir en esa dirección de forma eficaz y coordinada, la propuesta es secuenciar y coordinar reformas concretas dentro de tres áreas prioritarias (comercio, inversión y competencia), de manera que se pueda avanzar simultáneamente. Algunas de las prioridades en cada área son:
Comercio: reducir aranceles, eliminar licencias no automáticas, impulsar acuerdos regionales y armonizar estándares técnicos con socios comerciales.
Competencia: mejorar el control de fusiones y mayor eficacia en la política anti-cartel, reformas pro-competencia en sectores de servicios de insumos clave, enfrentar barreras burocráticas que limitan la competencia.
Inversión: revisar marco de incentivos, políticas eficaces de vínculos con proveedores locales, abrir sectores claves.