A pesar de los anuncios de las máximas autoridades de Beijing con motivo de la Asamblea Nacional Popular prometiendo mayor apertura de la economía china y una lucha frontal contra el proteccionismos, las repercusiones no fueron de la misma intensidad y trasmitieron cierto escepticismo.
“China sólo podrá ser el líder del libre comercio si empieza a abrir su economía”, consideró el presidente de la Cámara de Comercio de la Unión Europea (UE) en China, Joerg Wuttke.
Wuttke presentó un panorama complicado para la inversión extranjera e hizo mención a un reciente informe de la OCDE, que sitúa al país asiático como la última gran economía en términos de apertura.
Tras años de promesas para equilibrar “el terreno de juego”, el presidente de la Cámara europea considera que China sigue sin cumplir, mientras empresas chinas firman contratos en Europa en sectores estratégicos -como la gestión del puerto griego de El Pireo- vetados para los foráneos en la segunda economía mundial.
“La inversión de empresas de la UE en China se hunde. Tomamos la palabra a los líderes, pero tienen que cumplir sus promesas”, sentenció.
En esa línea se mostró su homólogo de la Cámara de Comercio de EEUU, William Zarit, en una entrevista reciente con una televisión china, en la que subrayó que el “proteccionismo” es uno de los principales desafíos que afrontan las empresas de su país en el gigante asiático.
“La globalización ha sido muy útil para el increíble e inaudito crecimiento chino (...). Comprendo por qué el presidente Xi sigue siendo un gran defensor de la globalización”, apuntó.
Consciente de las críticas, el primer ministro chino volvió en el congreso con sus promesas: China “seguirá trabajando para ser el destino más atractivo para la inversión extranjera”, reafirmó.