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Navío de la Armada Argentina zarpó rumbo a la Antártida en marco de operación PANC

Lunes, 19 de diciembre de 2016 - 14:59 UTC

El ARA Islas Malvinas de la Armada Argentina zarpó el viernes hacia la Antártida para participar en la operación conjunta con la Armada de Chile “Patrulla Naval Antartica Combinada” que incluye cuestiones medioambientales en la zona.

 La misión significa que los 51 miembros de la tripulación -entre ellos buceadores tácticos, meteorólogos y señalizadores- pasarán 45 días en el altamar, incluyendo Navidad y Año Nuevo.

La salida del viernes también marcó el 66 aniversario de la creación de la Base Naval de Ushuaia y el 42 aniversario del establecimiento del Comando del Área Naval del Sur (ANAU). La PANC lleva 19 años realizándose, esta vez entre el 12 de noviembre y el 31 de marzo, con el objetivo de llevar a cabo tareas de rescate y control, incluido un monitoreo ambiental al sur del paralelo 60.

“Durante estos 19 años se han llevado a cabo más de 300 rescates y tareas de apoyo con otros barcos, y comenzamos este nuevo capítulo en Tierra del Fuego, lugar desde el cual creemos que todos los esfuerzos por consolidar nuestros derechos a la Antártida deben concentrarse”, dijo el comandante de la ANAU, Contralmirante Luis Enrique López Mazzeo.

El capitán Roberto Lovera del ARA Islas Malvinas explicó que los preparativos para la misión han estado en marcha durante varios meses “a través de la conformación de un grupo homogéneo que hace viable los 45 días consecutivos en el mar”, incluido el factor humano que implica estar lejos de sus seres queridos por Navidad y Año Nuevo. “Es difícil, pero es parte de nuestro trabajo, hemos sabido durante meses que enfrentaríamos esta situación”, dijo Lovera.

El capitán agregó que la típica llamada telefónica de medianoche es algo de utópico en altamar, porque las condiciones meteorológicas y la posición pueden hacerla inviable. “Si nos comunicamos a las 5 de la tarde, ese es el momento de saludar, a veces es sólo unas pocas palabras, nada más”, dijo Lovera.

El teniente Guillermo Oyarzabal, jefe de operaciones del ARA Islas Malvinas, admitió que cuando regresa a su casa después de unos días, su hijo, de un año y cuatro meses, necesita un rato para reconocerlo. “No toma mucho tiempo, pero es un indicador de cómo mi ausencia lo afecta”.

También dijo que en los viajes antárticos, la navegación puede llegar a ser muy difícil como “el verano pasado, cuando nos sorprendió una tormenta con vientos de más de 100 kilómetros por hora”, o cuando “encontramos hielo que supera la maniobrabilidad del barco”.

Además de patrullar en el mar, los buzos buscarán el escape de hidrocarburos en áreas donde se registran hundimientos.

Los barcos que se dirigen a la zona atraviesan el temido Pasaje de Drake, un lugar con el viento occidental permanente, que levanta olas gigantes que muchas veces “nos hacen soportar situaciones extremas o cambiar nuestro rumbo”, explicó el oficial.

El buque argentino de fabricación rusa tardará 48 horas en llegar a la Antártida, para relevar al remolcador chileno Lautaro.

Categorías: Política, Antártida, Argentina.