El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su sucesor electo, Donald Trump, dejaron de lado este jueves un pasado de choques y cruces, insistiendo, en una cita cara a cara hace poco inimaginable, en su voluntad de llevar a cabo una transición.
Mientras protestas contra la sorprendente elección del magnate republicano se repetían por segunda noche en varias ciudades estadounidenses, los mercados se recuperaban y un aire de incertidumbre persistía en las capitales del mundo, Obama y Trump expresaron la intención de llevar a cabo un traspaso de poder sin contratiempos.
El presidente saliente y el magnate sostuvieron una reunión en el Salón Oval de la mansión presidencial, que Obama describió como “una excelente conversación” y luego hicieron una muy civilizada aparición conjunta.
“Es importante para todos nosotros, sin importar el partido y las preferencias políticas, unirnos, trabajar juntos, para tratar todos los desafíos que enfrentamos”, dijo Obama tras una reunión que duró más de hora y media y que había sido programada para no más de treinta minutos.
“Señor presidente, fue un gran honor estar con usted”, dijo Trump, llamando a Obama un “muy buen hombre”.
Luego de una venenosa campaña electoral, en la que Obama se metió de cabeza en defensa de la candidata demócrata Hillary Clinton, y solo 36 horas después de la victoria del magnate de 70 años, la reunión se preveía incómoda.
Trump estuvo a la ofensiva de quienes pusieron en duda que Obama hubiese nacido en Estados Unidos, una sugerencia con fuerte tenor racista, y solo se distanció recientemente de esa posición. Y si cumple todas sus promesas de campaña, borrará de un palmo las políticas insignes de Obama.
Trump —quien en la campaña había definido a Obama como “el presidente más ignorante de la historia”— dijo sentirse “honrado” con el encuentro y se declaró abierto a recibir consejos del mandatario.
Obama —que había dicho que Trump estaba “excepcionalmente no calificado” para ser presidente— ofreció su apoyo.
Le dijo al presidente electo que su prioridad “número uno en los próximos meses es tratar de facilitar la transición que asegure que nuestro presidente electo sea exitoso”. Trump deberá asumir formalmente el mando el 20 de enero.
El actual y el futuro mandatario inclusive se permitieron este jueves una rápida broma cuando el grupo de periodistas comenzó a lanzar preguntas dentro del Salón. Obama tomó a Trump por el brazo y le dijo: “Aquí tienes una buena regla: nunca respondas preguntas cuando ellos comienzan a gritar” .
Varias ciudades de Estados Unidos han sido desde el miércoles escenario de manifestaciones en rechazo a la elección de Trump. En Los Angeles, San Francisco, Nueva York y Filadelfia el grito volvió a retumbar el jueves: “¡No es mi presidente” .
Los alrededores de la Casa Blanca fueron cercados, aunque solamente en una plaza próxima era posible ver a un puñado de manifestantes.
Mientras tanto, lejos de la prensa, la primera dama Michelle Obama recibió a Melania Trump en la residencia oficial presidencial, en el primer encuentro entre estas dos mujeres tan diferentes.
Trump también se reunió en Washington con los líderes republicanos del Senado y de la Cámara de Representantes, con quienes debe superar una fría relación para hacer pasar su agenda legislativa.
Con la elección del martes, los republicanos mantuvieron el control de las dos cámaras del Congreso, lo que asegura a Trump un gobierno sin mayores tropiezos ni la necesidad de negociar constantemente con el Partido Demócrata.