El Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco aprobó este miércoles un nuevo texto que incrementó el malestar de las autoridades de Israel con el organismo multilateral de la ONU, pues en él se omite otra vez la vinculación judía a la denominada Explanada de las Mezquitas de Jerusalén.
Una semana después de que el Consejo Ejecutivo de la Unesco, formado por 58 países, ignorase el vínculo entre el judaísmo y la Explanada de las Mezquitas (conocida en el ámbito judío como Monte del Templo), otro órgano de la organización, el Comité del Patrimonio Mundial, formado por 21 países rotativos, desató de nuevo la indignación de Israel.
El documento aprobado este miércoles mantiene a la Ciudad Vieja de Jerusalén en la lista de patrimonio de la Humanidad en peligro, critica la gestión de Israel y se refiere a la Explanada de las Mezquitas solo en su nombre árabe, el de Mezquita de Al Aqsa, y no como Monte del Templo, a cuyos pies se encuentra el Muro de los Lamentos, el lugar más sagrado del judaísmo.
Un vocero de la Unesco confirmó que la votación del Comité del Patrimonio Mundial fue promovida por Líbano, Túnez y Kuwait y fue aprobada por 10 votos a favor, 2 en contra y 8 abstenciones. De este comité rotativo forman parte también Angola, Azerbaiyán, Burkina Faso, Croacia, Cuba, Finlandia, Indonesia, Jamaica, Kazajistán, Perú, Filipinas, Polonia, Portugal, República de Corea, Tanzania, Turquía, Vietnam y Zimbabwe.
Se trata de otra resolución absurda contra el Estado de Israel, contra el pueblo judío y contra la verdad histórica, condenó este miércoles en París el embajador de Israel en la Unesco, Carmel Shama-HaCohen, quien, durante su intervención, tiró a un tacho de basura la decisión escrita como símbolo de repulsa a la misma.
No me voy a esforzar en romper en pedazos este texto de papel. No merece la pena. Será más sencillo y apropiado poner el documento donde merece: en el tacho de basura de la historia, declaró en su visceral discurso.
Shama-HaCohen comparó también el texto aprobado este miércoles con el de la resolución aprobada por la ONU en 1975, en la que se declaraba el sionismo como una forma de racismo, decisión que fue retirada 16 años más tarde.
El representante israelí recordó, asimismo, las innombrables resoluciones del Consejo de los derechos del Hombre de la ONU y de otras ideologías diabólicas que han querido destruir Israel y no que no merece la pena ni siquiera nombrar.
Las tensión de Israel con varios países de la Unesco ha venido creciendo por la omisión de la tradición judía en Jerusalén, a pesar de la intermediación de la directora general de la organización, la búlgara Irina Bokova.
Bokova ya aclaró que negar, ocultar o querer borrar las tradición judía, cristiana o musulmana pone en peligro la integridad del lugar.
Entretanto, el secretario general de la OLP, Saeb Erekat, afirmó este miércoles que la declaración aprobada por el Comité de Patrimonio Mundial de la Unesco sobre Jerusalén trata de proteger la Explanada de las Mezquitas de las provocaciones israelíes.
Contrariamente a lo que afirma el gobierno israelí la resolución votada por la Unesco tiene por objeto reafirmar la importancia de Jerusalén para las tres religiones monoteístas: el cristianismo, el judaísmo y el islam, aseguró este miércoles Erekat en un comunicado.