Las nuevas medidas de relajación de sanciones y la directiva aprobada esta semana por el presidente estadounidense, benefician más a ese país que a Cuba, dijo la directora general para EE.UU. de la Cancillería cubana, Josefina Vidal
La alta funcionaria, que ha sido la cara cubana más visible en el proceso de normalización de relaciones diplomáticas entre ambos países, sostuvo en una rueda de prensa en La Habana que las medidas son “positivas” aunque de carácter muy limitado, mientras que partes de la directiva presidencial tienen un contenido injerencista.
Esta fue la primera reacción de Cuba después de que Obama emitiera el lunes una directiva con la que pretende sellar su política de apertura hacia Cuba y hacerla “irreversible”, acompañada de una nueva relajación del embargo para impulsar la cooperación médica y ayudar a mejorar la agricultura e infraestructuras de la isla.
“El documento no oculta el propósito de promover cambios en el ordenamiento político, económico y social, ni esconde la intención de seguir desarrollando programas injerencistas”, consideró Vidal.
Aún así, reconoció la importancia de la nueva directiva por cuanto en ella se reconoce al Gobierno cubano como un “interlocutor legítimo e igual”, así como “los beneficios que reportaría a ambos países y pueblos el logro de una relación de convivencia civilizada dentro de las grandes diferencias que existen entre los dos gobiernos”.
Respecto a la capacidad de esta directiva de frenar una posible reversión del proceso de deshielo tras las próximas elecciones presidenciales en EE.UU, indicó que contiene pautas que pueden ser “útiles” si la próxima administración estadounidense tiene voluntad de continuar el acercamiento con Cuba.
Vidal valoró asimismo las nuevas medidas de relajación del embargo económico, aunque opinó que tienen carácter limitado porque la mayoría de ellas se limitan a ampliar o profundizar en concesiones previas.
Para Cuba, esas concesiones son “positiva”, pero quedan lejos de reivindicaciones que el Gobierno de la isla considera prioritarias para la economía en tanto no se levante el embargo.
Vidal subrayó que sigue prohibida la inversión directa de empresas estadounidenses en Cuba -excepto en el sector de las telecomunicaciones- y se mantiene también el veto a las importaciones de productos cubanos, sobre todo los procedentes del sector estatal, sector primordial de la economía nacional.
La funcionaria insistió asimismo en que en el sector financiero no se han aprobado nuevas medidas y todavía se mantiene la restricción a los bancos cubanos de abrir cuentas sucursales en bancos de EE.UU.
Las medidas aprobadas por EE.UU., que constituyen la sexta ronda de flexibilización del régimen de sanciones y entrarán en vigor el próximo 17 de octubre, incluyen la promoción de proyectos conjuntos de investigación médica entre ciudadanos estadounidenses y cubanos, y la importación a EE.UU. de productos farmacéuticos cubanos.
También permiten que los estadounidenses autorizados puedan ofrecer servicios relacionados con el desarrollo, reparación y mantenimiento de infraestructuras en Cuba, así como la exportación desde EE.UU. de artículos como pesticidas o tractores sin restricciones de pago en efectivo o por adelantado.
Además, se elimina la restricción que impedía a ciertos buques extranjeros que habían tocado puerto cubano entrar en EE.UU. para propósitos de carga o descarga en un plazo de 180 días, y también se levantan los límites que hasta ahora regían para los viajeros estadounidenses sobre entrada de ron y tabaco cubanos en su país (para consumo personal).