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Surge Viena como alternativa a Londres para negocios financieros por el Brexit

Jueves, 13 de octubre de 2016 - 10:56 UTC
 George Osborne advirtió que si Londres pierde su estatus después del Brexit, el continente podría tener dificultades para reemplazarlo. George Osborne advirtió que si Londres pierde su estatus después del Brexit, el continente podría tener dificultades para reemplazarlo.

Un importante banco ruso está considerando trasladar una gran parte de sus negocios a Viena mientras el Reino Unido avanza hacia el Brexit. VTB ya tiene actividades en la capital austriaca, pero hay unas cuantas razones por las que Viena también podría resultar atractiva para otras empresas.

 Europa no puede dar por sentado que podrá proporcionar la base para un nuevo centro financiero, si Londres deja de serlo. El ex ministro de Hacienda británico, George Osborne, advirtió que, si Londres pierde su estatus después del Brexit, el continente podría tener dificultades para reemplazarlo. Osborne opina que el sector de las finanzas digitales o “fintech” podría trasladarse a California.

Es más probable que los directivos de bancos estadounidenses trasladen sus negocios a Nueva York que a la Eurozona si abandonan Londres, a juzgar por las señales que llegan de la reunión anual del Instituto Internacional de Finanzas.

Por tanto, si Europa quiere su propio centro financiero necesita uno que cumpla todos los requisitos. Resulta que Viena es una ciudad agradable y geográficamente está ubicada en el corazón de Europa. Uno puede imaginar a los financistas abiertos a la idea de un traslado allí y dispuestos a asentarse en la ciudad durante una parte importante de sus carreras. Sin duda, Viena no tiene el intenso brillo cosmopolita de Londres, pero lo mismo vale para casi todos los centros financieros alternativos de Europa, se consigna en una columna de opinión publicada por Bloomberg.

Estos factores sitúan a Viena en la lista de finalistas. Su ventaja principal es, sencillamente, que no es ni París ni Frankfurt. Sólo puede haber un centro financiero y, si la elección es sólo entre las capitales financieras de Francia y Alemania, una de ellas tendrá que perder. Resulta difícil imaginar que Francia o Alemania se queden sentadas tranquilamente y acepten que la otra se merece el premio.

Históricamente para conseguir cosas en Europa la estrategia ha sido la de minimizar objeciones y encontrar una solución intermedia que todos puedan respaldar. Partiendo de esta base, puede que Viena algún día sea la sede de otros bancos además de VTB.