El mercado brasileño mantuvo sus previsiones para este año de una contracción del 3,2% del producto interior bruto (PIB) y de inflación, que calcula terminará 2016 con un índice del 7,31%, informó el lunes el Banco Central. El sondeo semanal, realizado a un centenar de analistas del sector privado y conocido como Boletín Focus, había calculado la semana anterior una contracción económica y una inflación igual.
Para 2017, los economistas prevén que el índice de precios se desacelere hasta al 5,12%, que mejora el pronóstico del 5,14% de hace una semana, mientras que para el PIB el cálculo se elevó a un crecimiento del 1,2%, frente al del 1,1% de ocho días atrás. El país terminó 2015 con una contracción del 3,8% del PIB, el peor resultado desde 1990, perdió el grado de inversión otorgado por las tres grandes agencias calificadoras de riesgo y de confirmarse las proyecciones para este año estará en recesión anual.
Las proyecciones continuaron iguales también para la tasa básica de intereses, actualmente en un 14,25% y que de acuerdo con los economistas deberá terminar 2016 en un 13,75% y el próximo año en un 11,0%. Sobre el cambio, se prevé que el dólar será negociado a 3,3 reales a fin de este año, la misma proyección de la semana anterior, y a 3,45 reales en 2017, menor del 3,5 previsto en el anterior boletín.
Desde hace años, el Gobierno ha fijado una meta para la inflación anual del 4,5%, con una tolerancia de dos puntos porcentuales, que elevan hasta el 6,5%. A partir de 2017, ese techo para la inflación se reducirá en medio punto porcentual, hasta el 6,0%, pero con el mismo centro de meta del 4,5%. No obstante, en 2015, Brasil cerró con una inflación del 10,67%, su mayor nivel en los últimos 13 años, lo que ha llevado al Banco Central a implantar una estricta política monetaria con el fin de reducir los precios.