Un afiche muestra una larga fila de inmigrantes de Medio Oriente. Sobre esa imagen, figura un mensaje que dice claro Punto de quiebre: la Unión Europea nos ha fallado a todos.
El póster, publicado por el líder del Partido de la Independencia de Reino Unido (UKIP), el ultranacionalista Nigel Farage, fue muy criticado por los británicos, en medio de la campaña por el referéndum para definir la permanencia del país del bloque.
Pero este polémico afiche fue sólo una muestra de la acalorada discusión que hubo durante la campaña entre los pro Brexit y quienes abogaban por la continuidad en la UE, que terminó con el triunfo de los primeros. Y es ahí donde surgió un factor que, aunque el bando ganador no quiera reconocerlo, fue determinante en la votación final: el sentimiento anti inmigración.
Así, frases del propio Farage como que la permanencia en el bloque abre las puertas a los abusos sexuales a manos de inmigrantes o que en el país deben controlar la cantidad y calidad de ellos, fueron un condimento importante en el debate y transformaron al nacionalismo y la anti inmigración como los motores de la campaña del Brexit, mucho más que los argumentos económicos.
Argumentos para sostener que la inmigración fue el factor principal utilizado por la campaña pro Brexit en este referéndum son variados, y tienen que ver también con la situación actual que vive Reino Unido, donde los euroescépticos atribuyeron muchos de estos problemas a la llegada de gente desde el exterior.
Así, según la Oficina Nacional de Estadística, en 2015 la tasa de migrantes superó las 333 mil personas, con 20 mil arribos más que el año anterior, donde la mitad de éstos provino de otros países de la Unión Europea.
De este modo, según sondeos hechos antes del referéndum, el 76% de los británicos consideraba que los niveles actuales de inmigración eran insostenibles, mientras que de acuerdo a la encuesta de YouGov, el 57% de los consultados cree que la inmigración caerá tras la salida de la Unión Europea.
Este tipo de estadísticas influyeron en las declaraciones hechas por quienes defienden el Brexit, encabezados por el ex alcalde de Londres, Boris Johnson, quien figuró como el líder de esta alternativa y señaló que anualmente estamos añadiendo una población del tamaño de la ciudad de Oxford.
Asimismo, el ex alcalde señaló que la inmigración ha crecido de un modo exponencial en este país en los últimos diez años, y la única manera de frenar esta tendencia es saliendo de la UE e imponiendo un sistema por números y méritos como el que funciona en Australia.
Otro aspecto importante en el triunfo del Brexit fue el alto respaldo recibido por la gente de mayor edad, lo que queda claramente expresado en las cifras. Así, mientras en el rango de los 18 y 24 años ganó la permanencia con el 64%, en el grupo de los mayores de 65 venció la salida del bloque, mientras que en las personas entre 50 y 64 años también se impuso esta alternativa, con el 49%.