En la antesala del referendo británico sobre la Unión Europea (UE), Gibraltar y las Islas Falkland/Malvinas temen que el “brexit” ponga en peligro su relación comercial con los países europeos y avive los conflictos con España y Argentina sobre su soberanía.
Si el Reino Unido abandona el bloque comunitario tras la consulta del día 23 dejarán de aplicarse en territorio británico los tratados en vigor desde la adhesión del país a la UE, en 1973, que dan acceso al mercado único y permiten la libre circulación de personas, entre otras prerrogativas.
En el caso del Peñón, la normativa prevé diversas excepciones para su singular economía: está excluido de la Política Agrícola Común (PAC), la aplicación del impuesto del IVA intracomunitario, la Unión Aduanera y la Política Comercial Común (PCC), entre otros aspectos de las relaciones entre los Estados miembros.
Algunas de esas medidas se deben a que el Reino Unido argumentó en su momento que el territorio necesitaba una protección especial para comerciar con terceros países ante la posibilidad que España obstaculizara el paso a través de sus fronteras comunes, como hizo entre 1969 y 1985.
En caso de un “brexit”, la nueva relación entre las empresas gibraltareñas y el resto de Europa dependería de los acuerdos comerciales y políticos que alcanzaran el Reino Unido y la UE en los dos años siguientes a la votación, un diálogo en el que Gibraltar teme no ser una prioridad para Londres.
Ese escenario preocupa tanto en el Peñón como el fin de la libre circulación de personas en territorio comunitario y las posibles restricciones que pudiera imponer Madrid en la verja que separa la península con España.
“Londres trataría de lograr el mejor acuerdo posible de salida y la mejor relación (con la UE), pero la cuestión sobre qué hacer con Gibraltar, junto con otros asuntos, como el área de movimiento común con Irlanda, convierte al Reino Unido en vulnerable a la hora de proteger sus intereses”, señaló Tim Oliver, investigador de la London School of Economics.
“Uno de esos intereses continuarán siendo probablemente las necesidades de Gibraltar. Dicho eso, hay que destacar el grado de incertidumbre que habrá en el gobierno británico en los primeros meses si gana la opción de salir de la UE, porque el Partido Conservador necesitaría elegir a un nuevo líder y primer ministro”, dijo Oliver. Para el experto del grupo de pensamiento LSE Ideas, esa confusión podría provocar que “la cuestión de Gibraltar sea pasada por alto”.
El Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de los Comunes ha publicado un informe que recoge las preocupaciones del Gobierno de Gibraltar en el que se subraya que la economía del Peñón se asienta sobre el comercio marítimo, la actividad como centro financiero internacional y su próspera industria de apuestas en línea. “Dado que el éxito de esos servicios depende del acceso al mercado único, no hay duda de que si el Reino Unido dejara la Unión Europea el impacto sobre la economía gibraltareña sería considerable”, apunta el documento.
Más allá de los argumentos económicos, el Gobierno del territorio británico ha expresado su temor a que España convierta en un “muro” infranqueable la frontera gibraltareña una vez no esté obligada a asegurar la libre circulación entre ambos países.
En opinión de Araceli Mangas, jurista del Consejo Científico del Real Instituto Elcano, “tienen razones para estar preocupados” si se produce el “brexit”.
“España recuperaría las competencias que le da el Tratado de Utrech de 1713, que le otorga el derecho a cerrar la comunicación terrestre, es decir, a tener cerrada la verja”, afirmó la experta en Derecho Internacional. “Ahora bien, eso España no lo ha hecho más que en situaciones muy críticas, como lo hizo Franco en 1969, hasta 1985, cuando se acabaron de levantar por completo las restricciones”, señaló.
En el mismo informe de los Comunes, que evalúa el posible impacto del “brexit” en los territorios de ultramar dependientes de Londres, el Gobierno de las Falklands alerta que de perder el apoyo de la Unión Europea podría animar a Argentina a mantener una postura “mucho más agresiva” sobre la soberanía de las Islas.
Las consecuencias de dejar de formar parte de la UE podrían ser además “potencialmente catastróficas” para la economía de las Falklands, cuyo PIB depende en cerca de un 70% del acceso al mercado común.
Las exportaciones de pescado, carne y otros productos agrícolas desde las Islas del Atlántico Sur hacia la UE están valoradas en cerca de 180 millones de libras (230 millones de Euros), un comercio que se vería dificultado si se cerrara el comercio libre de aranceles con la UE.