Los expertos pronostican que la economía brasileña caerá este año un 3,88%, una contracción más grave que la sufrida en 2015, en el que cayó un 3,8% y obtuvo su peor resultado en el último cuarto de siglo, informó el Banco Central. Las previsiones de los economistas son peores que las anunciadas la semana pasada, cuando auguraron que el Producto Interior Bruto (PIB) brasileño acabaría este año con el mismo rumbo que lo hizo en 2015.
Los números figuran en el Boletín Focus, una publicación semanal del Banco Central que incluye una encuesta con un centenar de expertos de entidades financieras del sector privado sobre el estado de la economía nacional.
Con la nueva revisión de los datos, se cumplen catorce semanas consecutivas en que los especialistas amplían su proyección para la reducción del PIB de la mayor economía suramericana. De confirmarse, Brasil encadenaría dos años en rojo por primera vez desde 1930.
Ya de cara a 2017, los expertos se muestran más optimistas y mejoran sus predicciones, que sitúan en un crecimiento del 0,30% frente al 0,20% de la pasada semana.
Por otro lado, los economistas reducen sus previsiones de inflación en 2016, que calculan en torno al 6,98%, inferior al 7,08% del anterior informe. Sin embargo, esta cifra continúa por encima de la meta oficial establecida por el Gobierno, que se encuentra en el 4,5% del PIB con un margen de tolerancia de dos puntos porcentuales.
Para 2017, se espera que la inflación llegue al 5,80%.
Con la economía en recesión, el aumento del desempleo y las tasas de interés en su mayor nivel en nueve años, el Brasil se encuentra también en medio de una muy seria crisis política que podría terminar removiendo a la presidente Dilma Rousseff.
A la incertidumbre y paralización de las inversiones se suma un déficit presupuestal que se estima ya alcanza el 11% del PBI.