El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, pidió a la ONU acelerar los procesos de verificación del fin del conflicto con la guerrilla FARC, con la que el gobierno negocia la terminación de una conflagración interna de medio siglo.
”Me reuní con el secretario general Ban Ki-Moon (...) sobre cómo iba el apoyo de Naciones Unidas a la verificación del cese al fuego y todo lo que tiene que ver con el proceso de paz”, dijo el mandatario, de visita en Nueva York, en declaraciones a medios colombianos.
“Ya hablé con él sobre la necesidad de acelerar también los procesos aquí en Naciones Unidas, para que ONU esté totalmente preparada, para que pueda ir tomando las decisiones necesarias, y dijo que efectivamente eso es lo que están haciendo”, agregó.
El gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, narco-marxistas) anunciaron el 19 de enero en La Habana, sede de los diálogos desde noviembre de 2012, que delegados oficiales, del grupo rebelde y de la ONU conformarán una comisión tripartita responsable de revisar y verificar los acuerdos sobre la dejación de armas y el cese bilateral y definitivo del fuego.
“En este momento se está discutiendo en la Habana el número de zonas (de concentración de guerrilleros), qué tan grandes son esas zonas, de eso depende el número de participantes. Entonces lo uno está ligado a lo otro”, añadió Santos, en la ONU este viernes para la firma del acuerdo para combatir el calentamiento climático.
Según lo anunciado por las partes en enero, esa misión política de la ONU estará integrada por observadores de países miembros de la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) .
En la recta final de un proceso de paz, el gobierno de Santos y las FARC anunciaron la semana pasada un acercamiento en sus posiciones sobre un cese al fuego y hostilidades bilateral y definitivo, el proceso de dejación y la garantías de seguridad de los futuros excombatientes, puntos que han impedido el cierre del proceso de paz desarrollado en Cuba.
El conflicto colombiano, que comenzó como una sublevación campesina en la década de 1960, ha enfrentado a guerrillas de izquierda, paramilitares de derecha y fuerzas públicas y deja ya 260.000 muertos, 45.000 desparecidos y 6,8 millones de desplazados.