La operación que la Policía brasileña desarrolla contra el ex presidente Lula da Silva y su familia “es el principio del fin” del gobierno de Dilma Rousseff, según afirmó el diputado opositor Antonio Imbassahy.
”La Policía Federal no entraría en la casa de Lula sin tener material más que suficiente” en su contra, declaró Imbassahy, jefe del grupo del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) en la Cámara de Diputados.
Las autoridades policiales realizaron el viernes una vasta operación que comenzó con un allanamiento a la residencia particular de Lula, así como también en casas de miembros de su familia, algunos empresarios allegados al ex mandatario y en una finca y un apartamento de playa cuya propiedad se le atribuye, pese a que él lo niega.
Según Imbassahy, una operación de esa magnitud “demuestra que Rousseff, pupila política de Lula, fue reelegida en 2014 gracias a una organización criminal”, todo lo cual “confirma que el proceso democrático ha sido violado y que el camino correcto es una nueva elección presidencial”.
Lula es investigado por la Policía por los supuestos delitos de “ocultación de patrimonio” y “lavado de dinero, acusaciones que el ex mandatario ha rechazado en forma enfática.
El ex presidente por su parte aseguró que no debe nada a nadie y no teme a la justicia. No tengo nada que temer, porque no he hecho nada malo. Si los jueces me hubieran mandado a llamar hubiera ido, como lo hice el 5 de enero pasado en Brasilia”, afirmó desde la sede del Instituto que lleva su nombre en Sao Paulo.
De ese modo, “habrían evitado esta acción innecesaria y espectacular, este show”, añadió, luego de que policías lo forzaran a que los acompañara a declarar en una investigación sobre supuestos sobornos.