Los partidos de oposición en Brasil manifestaron este martes su apoyo a la jornada de protestas del 13 de marzo próximo contra la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, convocada en las redes sociales por movimientos de la sociedad civil. Los principales partidos informaron en un comunicado de que decidieron anunciar “su integral apoyo a las manifestaciones” del 13 de marzo tras constatar “el continuo agravamiento de la crisis política, económica y moral que viene devastando al país”.
“Convocamos a nuestros militantes y simpatizantes y llamamos a los brasileños en todos los municipios a que salgan a la calles para defender a Brasil y a la democracia”, según el comunicado de las formaciones opositoras.
La nota fue firmada por los líderes en el Congreso de los opositores Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), Demócratas (DEM), Partido Popular Socialista (PPS), Partido Verde (PV) y Solidaridad.
La decisión se produce un día después de que, en una nueva operación contra la gigantesca red de corrupción que operaba en la petrolera estatal Petrobras, la Policía vinculara al escándalo al publicista João Santana, uno de los principales asesores de imagen del gobernante Partido de los Trabajadores (PT).
Santana, responsable por la campaña publicitaria de Rousseff en las dos últimas elecciones presidenciales, fue acusado de haber recibido coimas a través de empresas 'offshore' (en paraísos fiscales) vinculadas a la compañía constructora Odebrecht, una de las mayores de Brasil y de las principales acusadas en el escándalo de Petrobras.
Las organizaciones que convocan la jornada de manifestaciones, grupos sin vinculaciones partidarias como el “Sal a la calle” y “Movimiento Brasil Libre”, piden la renuncia de la jefe de Estado o que el Congreso le abra un proceso político para destituirla tanto por los casos de corrupción que salpican su Gobierno como por la recesión que enfrenta el país.
Estos grupos quieren repetir la movilización que organizaron el 15 de marzo del año pasado, cuando cerca de dos millones de personas realizaron protestas en cientos de ciudades de Brasil contra la mandataria. Pese a que los mismos grupos convocaron otras dos jornadas de manifestaciones desde entonces, no consiguieron la movilización lograda en la primera.
Algunos políticos han manifestado su respaldo personal a las protestas pero tan solo este martes los partidos de oposición formalizaron su apoyo a las manifestaciones. Según los partidos de la oposición, las protestas en las calles pueden acelerar el reinicio del juicio político que intentan impulsar contra Rousseff.
El trámite para un posible juicio político contra la mandataria se apoya en supuestas irregularidades en los balances presentados por el Gobierno en 2014 y 2015 y comenzó en diciembre pasado, pero fue interrumpido por la Corte Suprema debido a unos “errores de procedimiento” que obligarán a que sea retomado desde el inicio.
Tras esa decisión, la Cámara de Diputados pidió al Supremo que aclare algunos aspectos de la sentencia, pero la corte todavía no se ha pronunciado, con lo que el proceso se mantiene paralizado.
Cuando sea retomado, los jefes de los partidos representados en la Cámara de Diputados elegirán a los miembros de un grupo de 62 parlamentarios que decidirá si existen méritos jurídicos para avanzar en el juicio que pudiera despojar a Rousseff del mandato para el que fue reelegida en 2014.