MercoPress. South Atlantic News Agency
Falklands: otra 'política de encantamiento', ¿esta vez con Macri?
Mauricio Macri es descripto como determinado, erudito, persuasivo, y no se descarta “una política de encantamiento” como en los noventa 
El ex-canciller argentino Guido di Tella fue muy respetado y apreciado por los Isleños, pero también muy temido, por los avances que logró con el acuerdo de 1999 
Jeremy Corbyn agitó el 'avispero' con sus declaraciones respecto a su propuesta del futuro para las Falklands 
Para la editora del Penguin News, Lisa Watson no se debe reaccionar como niños consentidos cuando algún político disiente con la posición de los conservadores 
Hay que 'educar' sobre la realidad de Falklands, cuyos logros en materia social, medio ambiente y de gobierno están muy cerca del verbo progresista de Corbyn Las recientes declaraciones del líder de la oposición británica Jeremy Corbyn llamando a un 'acomodamiento' más que a un entendimiento con Argentina a propósito de la disputa por la soberanía de las Falklands, fue tema de la editorial de esta semana del semanario de las Islas, Penguin News.
El líder laborista fue descripto como 'algo confundido' en cuanto a sus afirmaciones, respecto a su conocimiento y geografía sobre las Islas, pero de todos modos crearon gran revuelo en la comunidad del Atlántico sur siempre alerta a esas declaraciones.
Sin embargo el artículo también advierte que hay que ser menos consentido, estar más alerta y no distraerse de otro gran desafío a la vuelta de la esquina: el nuevo presidente argentino Mauricio Macri.
Se trata de un hombre 'determinado, erudito, persuasivo' y la editorial se anima a decir que se podría estar ante una nueva 'política de encantamiento' por parte de Argentina, recordando aquella implementada por el canciller Guido di Tella, y que para muchos, hasta ahora, ha sido la más efectiva, y así lo reconocen, con una mezcla de respeto y temor los propios Isleños.
A continuación una traducción libre de dicha editorial, obra de Lisa Watson,
Si alguna vez hubo evidencia más clara para demostrar que nos hemos convertido aunque sea en algo, complacientes sobre nuestra posición en la política británica fueron los chillidos de susto y horror que rebotaron en las Falklands en respuesta a los comentarios del jefe de la oposición Jeremy Corbyr durante el reportaje en el show de Andrew Marr en BBC1.
Es decir, ¿acaso pensamos que un hombre electo precisamente por sus políticas de izquierda 'progresista' iba a levantar la bandera de los Tories, 'los combatiremos en las playas si es necesario' y se saldría corriendo con ella? Sin olvidarnos por supuesto que las Falkland Islands son vistas como un triunfo del partido Conservador.
El tema es que nos hemos vuelto consentidos. Estamos tan acostumbrado a que el Primer Ministro nos acaricie la cabeza y nos reasegure a propósito del futuro, a la vez que nos diga que nunca más debemos preocuparnos por los argentinos, que comenzamos a pensar que todos y cada uno de los políticos británicos nos iba a mimar de forma similar.
Y ese ciertamente no es el caso. Porque debido a nuestras desafortunadas circunstancias políticas combinado con nuestra locación geográfica, siempre tendremos que trabajar para proteger nuestros derechos (y doy fe que nuestros legisladores así lo hacen), y que algunas personas con las cuales quizá tengamos que trabajar puede que no digan lo que a nosotros nos gustaría escuchar.
Puede que tengan expectativas más desafiantes como también se podría argumentar, más idealistas.
Pero mirémoslo desde este punto de vista: quizá el pequeño sacudón que nos dio el Sr. Corbyn haya sido en el momento preciso, ya que nos hizo acordar que no hay nada grabado en piedra, porqué ahí afuera apareció otro gran desafío y se llama el presidente argentino Mauricio Macri.
El presidente argentino quiere una mejor relación con el Reino Unido, su estrategia ya está siendo referida como una ofensiva de encantamiento, se trata de un enfoque serio y maduro que podría llegar aunque fuera apenas, a socavar nuestra posición.
Por tanto sequen sus ojos, nuestro objetivo debe ser reforzar esa posición y no la podremos alcanzar endilgando a políticos británicos epítetos infantiles, sino más bien afrontarlos y educarlos sobre nuestra realidad (los jóvenes asegúrense a hacer cola para la oferta de oportunidades diplomáticas que se presentarán).
Cuanto más familiarizado esté el Sr. Corbyn con nuestra actualidad: nuestras políticas en materia de seguridad social; nuestro respeto por el medio ambiente natural; nuestro sistema que como país, y de gobierno, hemos desarrollado; que nosotros también miramos al futuro, que no estamos congelados en un pasado colonial, mayor será su comprensión de nuestra perspectiva política.
A su vez, el nuevo presidente argentino ha sido descripto como una persona determinada, erudita y persuasiva. Nosotros también tenemos que demostrar esas cualidades, aunque mucho más.
