El Producto Bruto Interno (PBI) de Brasil caerá 3,5% este año, según pronosticó el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su Panorama Económico Mundial (WEO) que divulgó este martes. El país sufrirá la peor baja entre las naciones emergentes, con una caída muy superior al promedio de países de América latina y El Caribe, que es un retroceso de 0,3%; de Rusia, con contracción de 1%, y China, que a pesar de la desaceleración, tiene perspectiva de crecimiento de 6,3%.
Para 2017, la previsión del Fondo para el desempeño económico de Brasil apunta un estancamiento.
El FMI citó la recesión brasileña como una de las causas que empuja hacia abajo las revisiones globales de las expectativas de crecimiento. A nivel mundial, la entidad revisó hacia abajo en 0,2 punto porcentual las proyecciones de crecimiento para este año y para 2017, a 3,4% y 3,6%, respectivamente.
Las revisiones se explican, en gran medida, porque será más débil la recuperación de las economías emergentes, en relación a lo estimado en octubre, en la edición anterior del informe. Pero en la composición general de los países, Brasil aparece como la nación principal que está empujando hacia abajo las proyecciones generales. Según el Fondo, la recesión “causada por la incertidumbre política en medio de las secuelas ininterrumpidas de la investigación en Petrobras está demostrando ser más profunda y prolongada de lo que se esperaba”.
La institución señaló que la situación en Medio Oriente contribuyó a la revisión hacia debajo de las proyecciones por la caída de los precios del petróleo.
Finalmente, el FMI enfatizó que el crecimiento de Estados Unidos podrá mantener el actual ritmo en lugar de ganar nuevo impulso.
Las perspectivas de crecimiento del comercio mundial cayeron más de 0,5% para 2016 y 2017 como consecuencia de la situación en China, donde existe incertidumbre con respecto a la posibilidad de avances económicos, y de mercados con dificultades de crecimiento.
Las proyecciones para Brasil del FMI representan un nuevo retroceso en relación a la última edición del informe WEO de octubre, cuando la institución preveía una retracción de 1% del PBI brasileño en 2016. Anteriormente, en julio de 2015 el Fondo estimó que el país podía crecer 0,7% este año. Las caídas en esas proyecciones se tornaron una constante en la divulgación del informe en los últimos tres años.