La campaña para las elecciones del próximo 25 de octubre en Argentina arrancó este domingo en medio de la crisis abierta por la anulación de los comicios provinciales en Tucumán, al norte del país. La incógnita es si será necesaria una segunda vuelta para elegir al sucesor de Cristina Fernández en la Presidencia.
El inicio de la campaña coincidió con las elecciones a la Gobernación de la provincia norteña del Chaco, el último test electoral antes de las generales de octubre, y en la cual el kirchnerismo se impuso con más del 50% de los votos válidos.
El Chaco es una de las provincias más pobres de Argentina con un 2,6% del padrón electoral. Pero en Tucumán se aguarda que la Corte Suprema provincial se defina sobre la nulidad de los comicios del pasado 23 de agosto dictaminada por un tribunal inferior, alegando 'reiteradas irregularidades'.
La sentencia favorable a la oposición, que alegó fraude en su presentación judicial, desató un aluvión de críticas desde el oficialismo, que se ha quedado solo en el reconocimiento del triunfo de su candidato a gobernador, Juan Manzur, que arrojó el escrutinio definitivo.
El fallo tuvo otra consecuencia: ha abierto un debate sobre la necesidad de aplicar nuevas medidas que garanticen la transparencia electoral en los comicios de octubre.
El objetivo es evitar irregularidades como las detectadas en Tucumán, que incluyeron denuncias de fraude y quema de urnas, ya que de lo contrario podría judicializarse también esta votación. La Justicia electoral estudia medidas presentadas por la oposición, como una capacitación obligatoria para las autoridades de mesa y un diseño del acta de escrutinio que evite la mala interpretación de los números por una eventual caligrafía confusa.
También ve con buenos ojos medidas presentadas por organizaciones no gubernamentales, como un cuarto oscuro complementario con todas las papeletas que vuelva inútil el habitual robo de estas. El terremoto político desatado en Tucumán ha tenido poca repercusión en la intención de voto de los argentinos, a juzgar por tres sondeos publicados en la prensa de Buenos Aires el domingo.
El candidato por el gobernante Frente para la Victoria, Daniel Scioli, quien obtuvo un 38,6% de votos en las primarias del pasado 9 de agosto, cuenta de cara a octubre con el respaldo de entre el 35,1% y el 41,2% de los electores encuestados. Scioli aparece lejos del 45% necesario para ser elegido en primera vuelta y, de confirmarse las predicciones, solo podría festejar si supera el 40 % y saca más de 10 puntos de ventaja a su más inmediato perseguidor, una posibilidad que dos de los tres sondeos rechazan.
El conservador Mauricio Macri, líder de la coalición opositora Cambiemos al que los sondeos otorgan una intención de voto de entre el 31,1% y el 28,2%, confía en forzar una segunda vuelta en noviembre y atraer entonces los apoyos de quienes se decantaron por otras opciones opositoras para poner fin a 12 años de kirchnerismo.