El programa piloto de limpieza de minas sembradas durante el conflicto armado en Colombia está avanzado satisfactoriamente, a pesar de la muerte de un soldado que participaba en esta tarea.
”Pese a las dificultades, el proyecto (iniciado en marzo) ha avanzado”, dijeron ambas partes en un comunicado conjunto leído a la prensa en La Habana por el diplomático cubano José Luis Ponce, cuyo país es uno de los “garantes” del proceso de paz para Colombia.
En las tareas de limpieza “los delegados de las FARC aportaron su conocimiento sobre áreas contaminadas, como también explicaciones sobre las técnicas y dispositivos de artefactos explosivos”, explicó el diplomático Dag Nylander, de Noruega, el otro país garante del proceso de paz.
En el desminado, centrado por ahora en la zona de “El Orejón”, en el departamento de Antioquia (norte), participan el Batallón de Desminado del Ejército colombiano y expertos de la ONG noruega APN, acompañados por delegados de los países garantes y del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
“Las labores de descontaminación de la zona (han sido) altamente complejas por lo escarpado del terreno y el factor climático. En un primer hallazgo se encontró que hay una mina cada 135 metros cuadrados y tres áreas peligrosas que suman 12.500 metros cuadrados”, dijo Nylander.
Las minas sembradas a lo largo del conflicto armado de medio siglo están presentes en más de la mitad de los municipios colombianos y han dejado desde 1990 más de 11.000 víctimas, entre muertos y heridos. Colombia es el segundo país con mayor cantidad de víctimas por las minas, después de Afganistán, donde también trabaja la noruega APN.
Las fuerzas militares dejaron de usar minas desde que en 1997 Colombia suscribió la Convención de Ottawa, que prohíbe su uso, pero las guerrillas y los paramilitares de derecha las siguieron utilizando.
Tras la muerte del soldado el 15 de julio las tareas de desminado fueron suspendidas por una semana para revisar los protocolos de seguridad, “con el fin de evitar accidentes futuros”, indicó Ponce.
“Queremos exaltar la memoria del soldado Wilson de Jesús Martínez quien ofrendó su vida para proteger a los colombianos. Puso en riesgo su vida cada día que dedicó a limpiar el territorio de minas, era un héroe”, declaró el jefe negociador del gobierno, Humberto de la Calle, tras la lectura del informe conjunto sobre desminado.
De la Calle negó que la suspensión de los bombardeos contra campamentos de las FARC, ordenada el sábado por el presidente, Juan Manuel Santos, con el fin de desescalar el conflicto, implique un cese del fuego bilateral “disfrazado”.
“No hay cese bilateral disfrazado, esa apreciación es incorrecta”, expresó, al salir al paso a las críticas a la decisión de Santos, que siguió a una tregua unilateral de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), en vigor desde el 20 de julio.
De la Calle indicó que con las medidas adoptadas por ambas partes la semana pasada para des escalar el conflicto hay “reales” posibilidades de acabar el conflicto, que había recrudecido desde abril.
“Nunca he querido exagerar sobre las posibilidades de la paz, pero esas posibilidades son reales. Requerimos apoyo, confianza y esperanza. Las noticias hoy son buenas, en medio de la tragedia, no podemos desfallecer”, indicó.
Por su parte, el jefe negociador de las FARC, Iván Márquez, advirtió que los paramilitares de derecha siguen operando, a pesar de que oficialmente se desmovilizaron, “y amenazan con extender su presencia y terror a la Vereda el Orejón, una vez que se produzca la limpieza del territorio”.