El perito de la familia del fiscal Alberto Nisman, querellante en la causa que investiga su muerte, ahondó en la hipótesis de homicidio y señaló indicios de otra persona se lavó las manos en el baño donde fue hallado su cadáver, informó el diario Clarín.
En su última declaración ante la fiscal a cargo de la investigación, Viviana Fein, el perito Daniel Salcedo reiteró que “la ausencia de determinadas manchas de sangre” en el baño del apartamento de Nisman, muerto de un tiro en la sien, demuestra que había otra persona con él.
Nisman, que murió el 18 de enero, había denunciado pocos días antes a la presidenta Cristina Fernández por encubrimiento de terroristas. Seis meses después de su muerte no se ha determinado a ciencia cierta si fue un suicidio o un homicidio.
De acuerdo a la información publicada por el diario, Salcedo presentó ante Fein una animación digital para afirmar que Nisman fue asesinado, puesto que las manchas de sangre tenían una “proyección descendente” y “un punto de inicio a 60 centímetros de altura, casi medio metro por encima de donde quedó ubicada la cabeza de la víctima”.
El perito de la querella sostuvo que el presunto asesino se situó detrás de Nisman, a la derecha y de pie, mientras que el fiscal se encontraba con una rodilla en el suelo frente a la bañera.
Para Salcedo, las manchas de sangre pudieron haberse generado cuando el supuesto homicida se sacudió las manos, algo que “tiene que haber sido antes de lavarse”.
La revelación con nuevos datos sobre la causa llega un mes después de la presentación del informe de la junta criminalística ante la fiscal Fein, que no llegó a una conclusión unánime.
Los peritos de la Policía Federal descartan la presencia de otra persona en el lugar, pero los de la querella defienden que sí.
Alberto Nisman, fiscal en la investigación del atentado de la mutualista judía AMIA en el que fallecieron 85 personas en 1994, fue encontrado muerto en su apartamento cuatro días después de denunciar a la presidenta Fernández por presunto encubrimiento de los terroristas iraníes a los que se acusa del hecho.