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¿Guyana como Malvinas?

Martes, 21 de julio de 2015 - 09:13 UTC
“Vamos a recuperar lo que nuestros abuelos nos heredaron” ha prometido el presidente Nicolás Maduro. “Vamos a recuperar lo que nuestros abuelos nos heredaron” ha prometido el presidente Nicolás Maduro.
El presidente de la Asamblea, Diosdado Cabello, acusó al presidente Granger, de ser parte de una operación política, mediática y económica contra Venezuela El presidente de la Asamblea, Diosdado Cabello, acusó al presidente Granger, de ser parte de una operación política, mediática y económica contra Venezuela
Caracas reclama 160.000kms cuadrados, dos terceras partes Guyana, debido a su supuesta antigua pertenencia a la colonial Capitanía General de Venezuela. Caracas reclama 160.000kms cuadrados, dos terceras partes Guyana, debido a su supuesta antigua pertenencia a la colonial Capitanía General de Venezuela.

El diario Mendoza on Line, de dicha provincia en su página de opinión sobre política exterior, publicó un artículo en que no descarta cierto paralelismo entre lo acontecido en Falklands/Malvinas en 1982, y lo que actualmente sucede en el Caribe con las pretensiones de Venezuela sobre dos tercios del territorio de Guyana y su mar territorial donde recientemente se descubriera petróleo.´

 En ciencia política se suele ejemplificar con los acontecimientos de Grecia en 1974, cuando abrumados por problemas los coroneles griegos se ven envueltos en una conspiración en Chipre (la cual disparó una invasión turca de la isla), e igualmente en 1982, en el Atlántico sur. En ambos casos se derrumbaron los regímenes involucrados.

“Las armas las carga el diablo” menciona el artículo respecto a la escalada verbal sobre el reclamo territorial, e igualmente la embestida del gobierno del presidente Nicolás Maduro contra Guyana agitando un nacionalismo 'enfermizo', casi se corresponden con el anuncio (presionado por sus aliados de Mercosur y Unasur) de elecciones parlamentarias para el próximo 6 de diciembre, cuando probablemente el chavismo (si todo se cumple con transparencia), pierda la amplísima mayoría de que dispone en la actualidad.

Como corolario podemos agregar que si bien el presidente David Granger de Guyana, aspirante a sumarse al Mercosur, concurrió a la cumbre del grupo en Brasilia con la esperanza de alguna declaración en favor de un des escalamiento de la situación, ninguna de las declaraciones oficiales de los presidentes menciona palabra alguna.

A continuación el artículo:

La carta entregada por el gobierno venezolano al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, para solicitar su mediación en la “controversia territorial” con Guyana, a la que Venezuela reclama 160.000 kilómetros cuadrados las dos terceras partes de su territorio, debido a su supuesta antigua pertenencia a la colonial Capitanía General de Venezuela, parece ser la última carta que Nicolás Maduro saca de la manga para desviar la atención de la opinión pública de la grave situación económica interna.

En un reciente programa de televisión, Maduro mostró los que dijo eran mapas originales del siglo XVIII que dibujaban una Venezuela antes del despojo imperial británico que llegaba hasta toda Colombia, Panamá y Centroamérica. Desde hace décadas, la llamada Guayana Esequiba es una región señalada en los mapas oficiales como zona en reclamación.

El peligro es que, al igual que los militares de la última dictadura argentina, Maduro quiera agitar las banderas del nacionalismo y el irredentismo territorial para unificar la nación. “El destino de la patria está en juego”, ha advertido, justo en el momento en que acaba de anunciarse la fecha para las cruciales elecciones legislativas del 6 de diciembre.

Pero manipular las disputas territoriales internacionales con fines espurios es un arma que carga el diablo, como aprendió, demasiado tarde, el general argentino Leopoldo Galtieri. Venezuela acusa a Guyana de haber modificado sus fronteras marítimas para incluir un territorio donde recientemente ExxonMobil, que abandonó Venezuela al no aceptar asociarse con PDVSA, descubrió un importante yacimiento de petróleo a 190 kilómetros de su costa.

El 27 de mayo, Maduro firmó un decreto para incorporar a la jurisdicción venezolana el punto en que se encuentra la licencia de ExxonMobil. Caracas considera nulo e írrito el Laudo Arbitral de París de 1899 sobre la delimitación fronteriza entre ambos países.

Cuando Venezuela reconoció la independencia de Guyana en 1966, dejó constancia de que no implicaba la renuncia a su soberanía sobre Guayana Esequiba, zona rica en recursos naturales. Según el Colegio de Internacionalistas de Venezuela, los contratos de exploración del gobierno guyanés carecen del consentimiento del gobierno venezolano, por lo que debe impedir a toda costa” que se continúe con las exploraciones petroleras.

“Vamos a recuperar lo que nuestros abuelos nos heredaron” ha prometido Maduro. A su vez, el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, ha acusado al presidente guyanés, David Granger, de ser parte de una operación política, diplomática, mediática y económica contra Venezuela que incluiría buscar conflictos de alta intensidad.

En la reciente cumbre de los jefes de Estado de Caricom en Barbados, el ministro de Exteriores guyanés, Carl Greenidge, previno a sus homólogos de que “el silencio no es una opción si queremos permanecer independientes y ser Estados viables. Guyana carece de ejército. Caracas, por su parte, puede armar fácilmente una red diplomática de apoyo con el respaldo de Ecuador, Bolivia, Cuba, Nicaragua y Argentina.