La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, viajó hacia Bruselas para participar en la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños y la Unión Europea (CELAC-UE).
Rousseff, cuyo país ejerce durante este semestre la presidencia rotativa del Mercosur, ha manifestado su deseo de aprovechar esta cumbre para reiterar el interés de Brasil y del bloque suramericano por concretar el acuerdo comercial que se negocia desde hace más de una década con la UE.
En los últimos meses, Rousseff se ha hecho eco de antiguas quejas de Uruguay y Paraguay respecto a las limitaciones que impone a sus socios el Mercosur, que también integra Argentina y cuyas normas obligan a que todo acuerdo comercial sea negociado en conjunto.
Según la nueva postura de Brasil, que aún debe ser discutida al interior del Mercosur, el bloque debería permitir que sus socios negocien nuevos tratados comerciales a diferentes ritmos, lo cual pudiera acelerar las tratativas con la UE.
Durante la cumbre, Rousseff también planteará las medidas que ha adoptado su Gobierno para intentar superar la delicada situación económica de Brasil, cuyo Producto Interior Bruto (PIB) sufrirá este año una contracción en torno al 1,20%, según todas las previsiones.
Asimismo, expondrá detalles de un nuevo plan para la construcción de infraestructuras que anunció antes de emprender su viaje a Bruselas.