La corrupción en América Latina es reconocida como sistémica a los sistemas políticos de la región, según una socióloga argentina que participa en Madrid en un foro dedicado a la gobernabilidad.
Liliana de Riz señaló que el fenómeno de la corrupción en América Latina está cobrando “mucha más visibilidad” desde finales del año 2014 y que la región proyecta una realidad en la que “la mayoría de los funcionarios son corruptos”.
El foro, titulado “¿Hacia dónde vamos? Desafección política y gobernabilidad. Un reto político”, celebrado en Madrid y organizado por el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) y el Instituto de Estudios de Latinoamericanos (IELAT) de la Universidad de Alcalá de Henares, abordó el impacto de los escándalos de corrupción en la desconfianza ciudadana hacia la política en la región latinoamericana.
Existe una “abrumadora situación de reconocimiento de la corrupción como sistémica a los sistemas políticos latinoamericanos” aseguró la ponente Liliana de Riz, investigadora de la Universidad de Buenos Aires y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).
La analista matizó, no obstante, la importancia de no caer en generalizaciones en este sentido al precisar la “heterogeneidad y diversidad” de los países que componen la zona.
Sí destacó la existencia de varios puntos que actúan como eje común a todos ellos: “la pérdida de confianza, el descrédito de las élites, las sociedades fragmentadas, las economías hoy desequilibradas y las democracias defectuosas”.
En la búsqueda de una solución, consideró necesaria una transformación que genere partidos políticos “proclives al pluralismo” que rompan con la tradición histórica del país y que den respuesta la ciudadanía que se moviliza por sus derechos.
Algo que le resulta “difícil de imaginar” en un entorno de “polarización política, presidentes débiles y escándalos de corrupción” y ante la ausencia de una “tradición fuerte de presidencialismo de coalición”.
Para el sociólogo de la Universidad Católica de Chile, Matías Bargsted, y haciendo referencia a un estudio realizado por de Riz, la “desconfianza política tiende a crecer en América Latina, incluso en tiempos de crecimiento económico”.
En sus palabras, el origen del “malestar está en la corrupción, en la provisión defectuosa de los bienes públicos y en el estancamiento”.
En este sentido, el experto del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Oxford, Eduardo Posada Carbó, especificó que la raíz de la corrupción en la región está en “las finanzas de los partidos ” y resaltó, por ello, la importancia de “ reconfigurar la democracia”.
Posada defendió como “valor buenísimo” el hecho de que exista desconfianza ciudadana, ya que, en su opinión, genera colectivos críticos con actitudes positivas de protesta y denuncia, pero alertó de que esta también puede entrañar el riesgo de originar individuos “cínicos”.