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Falklands muy satisfecha con estatus político: si no fuera por Argentina no habría necesidad de tropas británicas

Miércoles, 20 de mayo de 2015 - 22:31 UTC
Phyl Rendell invitó al secretario de la C24 a visitar las Islas Falklands, tal cual hiciera el año pasado con Nueva Caledonia Phyl Rendell invitó al secretario de la C24 a visitar las Islas Falklands, tal cual hiciera el año pasado con Nueva Caledonia
La mesa que presidió la reunión de la asamblea Pre-24 que se desarrolló en Managua   La mesa que presidió la reunión de la asamblea Pre-24 que se desarrolló en Managua

Las Falkland Islands están muy satisfechas con su actual estatus político y autónomo, basado en la Carta de ONU y confirmado en el referendo de 2013, y gozan además de una economía próspera con énfasis en políticas sociales y conservación del medio ambiente, a la vez que mantienen buenas relaciones con los países vecinos, “a no ser por Argentina que continúa a ignorar el derecho de nuestro pueblo a la auto determinación y además codician nuestro territorio”.

 Las palabras son del discurso de MLA Phyl Rendell, MBE, miembro electa de la Asamblea Legislativa que gobierna las Islas, a no ser defensa y relaciones exteriores, pronunciado este miércoles ante la asamblea Pre-C24 que tiene lugar actualmente en Managua, Nicaragua.

En otro pasaje de su discurso MLA Rendell agregó que “de no existir amenaza de Argentina que reclama nuestro territorio, y si el gobierno de ese país reconociera nuestra existencia y respetara nuestro derecho a la auto-determinación, no precisaríamos de tropas británicas en absoluto”.

Por último la legisladora electa de las Islas invitó al secretario de la C24 a visitar las Islas Falklands, tal cual hiciera el año pasado con Nueva Caledonia, subrayando que es tarea del Comité ayudar a los Territorios Autónomos a alcanzar un estatus que resulte satisfactorio al pueblo de ese territorio y por tanto era su deber “reconocer los derechos de las Falklands y no apoyar a quienes codician nuestro territorio”.

A continuación el discurso completo de MLA Phyl Rendell, MBE, ante la asamblea Pre-24 en Managua.

Señor presidente, damas y caballeros:

Estoy muy complacida de estar aquí en Managua para el Seminario Regional del Caribe sobre el tema de “La Implementación de la tercera década internacional para la erradicación del colonialismo, las Naciones Unidas evalúa la agenda de descolonización”.

Fui elegida como miembro de la Asamblea Legislativa de las Islas Falkland en las últimas elecciones de noviembre del 2013. Esta fue la primera vez en la que los miembros fueron elegidos para cumplir funciones a tiempo completo, lo que es un reflejo de las mayores responsabilidades y carga de trabajo de un país moderno. Soy una de dos nuevos miembros elegidos y nos unimos a otros seis, muchos de los cuales se han presentado en seminarios anteriores del C24 y en las principales reuniones en Nueva York.

A continuación trataré el tema de este seminario ya que tiene relación con las Islas Falkland desde mi punto de vista y del de mi electorado. Al revisar internet, la definición política en Wikipedia de colonia es “territorio bajo el control político inmediato de un estado, diferente del territorio local del soberano”. Cuando las Islas Falkland fueron colonizadas por primera vez a mediados de la década de 1750 en adelante, eran, en efecto, una colonia, tal como los países vecinos de Chile, Argentina y Brasil fueron poblados por colonizadores de Europa y de otras partes del mundo. Sin embargo, cabe señalar que a diferencia de estos países, las Islas Falkland no tenían población indígena.

Nosotros, al igual que Chile, Argentina y Brasil, hemos recorrido un largo camino de desarrollo político. No hemos obtenido independencia como esos países, por muchas buenas razones, entre las que se incluyen nuestra pequeña población de 2500 residentes permanentes y un área geográfica relativamente pequeña, pero particularmente por la amenaza bajo la que vivimos en forma diaria por parte de nuestro vecino Argentina, país que no oculta el querer controlar nuestro territorio en contra de nuestros deseos. En cambio, hemos elegido el estatus internacionalmente reconocido de territorio británico de ultramar: una relación moderna de un gobierno autónomo con el Reino Unido. Al igual que otros territorios británicos de ultramar, tenemos nuestro propio sistema de gobierno y leyes locales. Esto es muy diferente de la definición de colonia.

Cuando vivía mi niñez en las Falklands en las décadas de 1950 y 1960, la etiqueta de “colonia” se podría claramente haber usado para algunos aspectos del estatus de las islas. Por ejemplo, algunos miembros del grupo diseñador de políticas; el llamado Consejo Ejecutivo, eran designados por el gobernador de la época, en vez de a través de un sistema electoral, y los dueños de la tierra eran predominantemente personas que no vivían en las Islas. Todo esto ha cambiado en los últimos 30 y más años.

El cambio político y la evolución de nuestra constitución han recibido un firme y mayor impulso después de la invasión a nuestro territorio por parte de los argentinos en 1982. En los años desde la invasión cuando los Isleños perdieron su derecho a vivir bajo el gobierno de su elección por 74 días, se han aprobado dos nuevas constituciones, una en 1997 y la más reciente promulgada a principios del 2009, las que nos han llevado por el camino de la autonomía política. Estamos muy orgullosos de nuestra constitución actual la que, fiel a la Carta de las Naciones Unidas, establece los derechos y libertades fundamentales del individuo.

Citaré de nuestra constitución:

1. “Todas las personas tienen el derecho a la autodeterminación y en virtud de ese derecho determinan libremente su estatus político y buscan su desarrollo económico, social y cultural, y pueden, para sus propios objetivos, disponer libremente de sus recursos y riquezas sin perjuicio de cualquiera obligación que nazca de la cooperación económica internacional, basada en el principio del beneficio mutuo y del Derecho Internacional,

2. El logro del derecho de la autodeterminación debe ser promovido y respetado en conformidad con las disposiciones de la Carta de las Naciones Unidas”.

Con la reforma constitucional de las Islas Falkland se han eliminado todos los aspectos del llamado estatus colonial. Por ejemplo, en el caso que cite anteriormente, durante los últimos 30 años, todos los miembros votantes del consejo ejecutivo han sido elegidos por los miembros democráticamente elegidos de la asamblea legislativa de las Islas Falkland, y con respecto a la tenencia de la tierra, la mayor parte de ésta ha pasado a las manos de los Isleños, y en el futuro será heredada o vendida a la próxima generación de Isleños.

Como miembro de la asamblea legislativa, soy una de ocho miembros que aprueba leyes conocidas como ordenanzas y sus normas respectivas, las que son continuamente actualizadas para asegurarse de que nuestra legislación satisfaga las necesidades de nuestra población y cumpla con la reglamentación internacional. Como ejemplos puedo mencionar el aprobar leyes actualizadas en el último año sobre justicia criminal y protección al niño. Por lo tanto, tenemos un sistema legal que es apropiado para nuestra comunidad en el Atlántico Sur y no nos apoyamos en la legislación del Reino Unido escrita para una sociedad diferente. Este es un compromiso costoso para una comunidad pequeña de Isleños pero lo aceptamos por completo.

El Reino Unido, como lo indica nuestra constitución, reconoce que los Isleños tienen el derecho a explotar en forma responsable sus recursos naturales. Desde la invasión argentina en 1982 la economía de las Islas Falkland ha crecido año a año de un presupuesto gubernamental de gastos de aproximadamente £5 millones por año a comienzos de los años ochenta a £54 millones en el actual año fiscal con fondos adicionales para ser invertidos en infraestructura y proyectos de desarrollo. La cifra del producto interno bruto de las Islas es de aproximadamente 150 millones de libras.

En un principio, el crecimiento económico fue liderado por la declaración en 1986 de una zona económica exclusiva alrededor de las Islas para posibilitar que la pesca de costa afuera fuera controlada y regulada. Ante la ausencia de una entidad reguladora para proteger las existencias de peces en estas aguas, estas fueron sobreexplotadas por los países del Bloque del Este. La pesquería de las Islas Falkland, la cual es reconocida internacionalmente como una de las mejor administradas y controladas en el mundo, contribuye al gobierno de las Islas entre £17 y 21 millones al año, fondos que se utilizan para entregar servicios esenciales para sus residentes.

El turismo se ha convertido en una industria importante en las últimas décadas, y es común que lleguen 50.000 pasajeros de cruceros durante el verano. El turismo en tierra es una fuente importante de ingresos para aquellos que viven en partes remotas de las Islas y a menudo lo combinan con la ganadería, lo que hace que el negocio sea viable al tener dos fuentes de ingresos. Se calcula que los ingresos del turismo a la economía son de aproximadamente £8 millones al año. Los dueños locales de tierras se han convertido en productores comprometidos con la rica vida silvestre a lo largo de nuestras costas y trabajan en conjunto con grupos de conservación y científicos, dándoles acceso a la vida silvestre para su monitoreo e investigación.

En la actualidad nuestra ganadería es casi irreconocible en comparación a lo que era hace 30 años. Los mercados globales han llevado a los productores, con la ayuda de subsidios gubernamentales, a adoptar una producción de lana más fina y los ingresos provenientes de la lana tienen un valor anual estimado de £5.4 millones. La construcción hace doce años de una planta de faena con certificación de la Unión Europea ha traído como resultado que los granjeros reciban ingresos adicionales con la producción de carne y en la actualidad se procesan 50.000 corderos y ovejas para su exportación cada temporada. Los métodos de producción ganadera funcionan al unísono con las medidas de conservación para proteger los hábitats y la vida silvestre nativa, al disponerse de tierras para su conservación en estado natural, a la vez que se utilizan métodos de pastoreo controlados adoptados por muchos productores con el uso de potreros que ayudan a recuperar campos y estimula una mayor sobrevivencia de la flora autóctona.

La exploración responsable y los preparativos para la potencial explotación de hidrocarburos han venido ocurriendo desde finales de la década de 1990 cuando se perforaron los primeros pozos off shore. Las áreas de interés geológico para las compañías petroleras están a 160 kilómetros o más de las costas de las Falklands, al norte y este de las Islas. Tenemos legislación en la que se establecen criterios estrictos para las compañías que postulan a licencias para operar en las Islas, los cuales los obliga a operar con elevados estándares internacionales. Los reglamentos relacionados con las actividades de las compañías petroleras han sido preparados con datos obtenidos del Reino Unido, Noruega, Canadá y otros países que cuentan con buen historial en el manejo de la industria petrolera. Tenemos toda la intención de controlar en forma estricta las actividades offshore en nuestra zona económica exclusiva (ZEE) para proteger el medioambiente y minimizar el impacto social sobre una población pequeña.

Esto es lo opuesto a las recientes declaraciones escandalosas de representantes del Gobierno argentino sobre la posibilidad de que las actividades de perforación puedan contaminar costas de la Patagonia. Reitero una vez más que tenemos nuestra propia legislación para regular esta industria y hemos podido tomar los mejores ejemplos a nivel mundial para adaptarlos a nuestro medio ambiente en el Atlántico Sur. Estamos completamente comprometidos a proteger los ricos recursos marinos y la vida silvestre en el Atlántico Sur y hemos implementado medidas para lograrlo.

Los ingresos, en particular los provenientes de la pesca y de nuestras otras industrias, han sido destinados a lograr altos estándares en materia de salud y educación para nuestra población que es de conformación diversa. Nuestros jóvenes reciben financiamiento completo por parte del Gobierno de las Falklands hasta su educación superior en el extranjero y a su regreso están tomando puestos claves en el Gobierno y el sector privado. Nuestra infraestructura también se ha expandido, aunque tenemos mucho que hacer para lograr nuestros objetivos. Por ejemplo, estamos orgullosos de nuestro uso de la energía eólica para la producción de suministro de energía para la capital, Stanley, y para las áreas rurales, y hemos construido una red de caminos que alcanza prácticamente a cada grupo de personas que vive en los más de 80 campos de producción en nuestras dos islas principales.

Los ingresos provenientes de la explotación de hidrocarburos conducirían a la seguridad financiera para los Isleños por muchos años. Nuestras actuales industrias se beneficiarían y prosperarían con mayores inversiones que asegurarían ingresos sostenibles en el largo plazo. Escuchamos a nuestro electorado y los apoyamos, en particular a nuestros jóvenes, los que tienen un alto nivel de motivación y que además están listos para aprovechar las oportunidades y desafíos del futuro que harán de estas Islas una parte verdadera de la economía global.

Por lo tanto, señor Presidente, ¿cómo puede este país al que describo representar una colonia bajo un poder colonial? No somos una colonia y tenemos un estatus del que estamos satisfechos. El estatus de territorio británico de ultramar fue respaldado en forma unánime en un referendo supervisado por veedores internacionales llevado a cabo en marzo del 2013, en el que el 92% del electorado votó y un 99.8% eligió la opción de permanecer como territorio británico de ultramar. El referendo les dio a los Isleños la plataforma formal para registrar su derecho a la autodeterminación. No deseamos estar asociados políticamente con ningún otro país pero apoyamos las buenas relaciones con países vecinos, que mantenemos con todos a no ser con Argentina porque su gobierno continúa ignorando nuestro derecho a la autodeterminación.

Mencioné la autonomía financiera en las Islas Falkland: no recibimos ayuda financiera del Reino Unido, y como he declarado anteriormente, hacemos nuestras propias leyes y regulamos en forma directa las actividades industriales y productivas en nuestro territorio. Solamente dependemos del Reino Unido para la defensa y las relaciones exteriores. Si no hubiera una amenaza de Argentina que reclama nuestro país, y si el gobierno de ese país reconociera nuestra existencia y respetara nuestro derecho a la autodeterminación, no necesitaríamos a las tropas británicas en absoluto. El actual gobierno argentino ni siquiera entabla una conversación con nuestros representantes en reunión alguna y se niega a discutir asuntos de interés mutuo.

En años recientes, el Gobierno argentino se ha salido de dos acuerdos con el Gobierno del Reino Unido y de las Islas Falkland en relación al desarrollo económico y a la protección medioambiental de los recursos en el Atlántico Suroeste. La Argentina ya no comparte información científica ni discute en conjunto el manejo de las existencias de peces de las dos zonas adyacentes con el gobierno de nuestras Islas. El manejo sustentable de las existencias de peces y de las especies altamente migratorias es de importancia internacional y el hecho de que no haya cooperación sobre las pesquerías compartidas va en perjuicio tanto de nosotros como de Argentina. Solamente se benefician aquellos que explotan el alta mar sin regulación. Además, el Gobierno argentino decidió salirse de un acuerdo sobre la explotación de hidrocarburos así es que no hay diálogo o intercambio de información que llevarían a una industria mejor informada y asentada.

Opino que, si analizan los hechos y abren sus ojos con respecto al número de países que han evolucionado de su condición de colonias por décadas y siglos (y cuento a Argentina como uno de esos países), verán que las Islas Falkland van por un camino similar y han avanzado de un estatus colonial desde los días de los primeros pobladores, a ser un territorio autónomo de ultramar del Reino Unido, estatus con el cual sus habitantes se encuentran completamente satisfechos, como lo respalda el referendo del 2013. Es el deber de este comité ayudar a los llamados territorios no autónomos a alcanzar un estatus que sea satisfactorio para las personas de esos territorios y por lo tanto, es su deber reconocer los derechos de las personas de las Islas Falkland y no apoyar a aquellos que codician nuestro territorio.

Señor Presidente, lo invite a preparar una misión para visitar las Islas Falkland como lo hiciera con su visita el año pasado a Nueva Caledonia, para que con sus propios ojos puedan ver lo que hemos logrado. Por favor, pónganos en la lista como el próximo territorio a visitar de forma que puedan cumplir con su labor.

Señor presidente, gracias por permitirme dirigirme a esta asamblea.

 Phyl Rendell, MBE, Miembro de la Asamblea Legislativa de las Islas Falkland