El mercado financiero brasileño aumentó su previsión de inflación y elevó la perspectiva de una caída del producto interno bruto (PIB) del país para este año, según reveló el informe semanal divulgado por el Banco Central.
El Boletín Focus, elaborado por la autoridad monetaria con entrevistas a un centenar de analistas, indicó que la inflación para 2015 será del 8,25%, un ligero aumento sobre el 8,23% previsto hace una semana.
Ambas cifras coinciden con el cálculo del 8,2% anunciado por el Gobierno hace dos semanas en el proyecto de ley de directrices de presupuesto enviado al Congreso para su aprobación.
No obstante, tanto los números del Gobierno como los del mercado sobrepasan el techo máximo de la meta oficial fijada en 4,5% con 2 puntos porcentuales de tolerancia (6,5%).
La inflación oficial de marzo fue de 1,32% en Brasil, la tasa mensual más elevada desde 2003 y la mayor para el tercer mes del año desde 1995, según el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
De confirmarse las proyecciones para 2015, sería la mayor inflación anual desde 2003, cuando el índice alcanzó el 9,3%.
En cuanto al PIB, la previsión para esta semana pasó de una contracción del 1,03%, calculada ocho días atrás, al 1,10% negativo de ahora, lo que en ambos casos significaría un resultado inédito desde 1990.
Esta es la decimoséptima semana seguida que los analistas bajan su previsión del PIB, que en 2014 creció un tímido 0,1%.
Las proyecciones para 2016 se mantuvieron esta semana en un 5,6% para la inflación y de un crecimiento económico del 1,0%.
Sobre los tipos de interés, actualmente en el 12,75% anual y la mayor tasa en los últimos seis años, el mercado prevé que 2015 terminará con una referencia oficial para las obligaciones del 13,25%, la misma proyección en las últimas dos semanas.
La confianza del consumidor en Brasil subió por primera vez este año en abril, mostró un sondeo privado publicado el lunes, repuntando desde mínimos históricos pese a señales generalizadas de recesión.
La confianza del consumidor calculada por la Fundación Getulio Vargas (FGV) subió a 85,6 en abril desde 82,9 en marzo, pese a que más de tres cuartos de los consumidores brasileños aún consideran “mala” la actual situación económica.
“La confianza del consumidor permanece a un nivel extremadamente bajo de acuerdo a estándares históricos”, comentó Aloisio Campelo Jr., economista de FGV en Río de Janeiro.