En su informe sobre la economía de Uruguay, el Fondo Monetario Internacional (FMI) apunta a la elevada participación de no residentes en la deuda pública, los créditos bancarios en dólares a empresas con ingresos en pesos, la inflación fuera de la meta del gobierno y el resultado fiscal que se ha debilitado, como las principales “vulnerabilidades” para un futuro inmediato y a mediano plazo.
Del otro lado, las fuertes reservas internacionales, la liquidez de los bancos, vencimientos de deuda a largo plazo y una actividad económica que se prevé que se desacelere pero aún se mantiene sólida, son las fortalezas con las que cuenta Uruguay, según el organismo internacional.
Tales consideraciones están contenidas en el comunicado del directorio ejecutivo del FMI que aprobó la revisión de la economía uruguaya por el artículo 4°.
Dicha consulta fue realizada a comienzos de diciembre por un equipo de técnicos del organismo que estuvo en Uruguay, encabezados por la jefa de misión, Oya Celasun.
Las revisiones por artículo 4° corresponden para todos los países miembros del Fondo Monetario Internacional, tengan o no un programa crediticio acordado.
El FMI prevé un “desacelere gradual” de la economía en 2015 y 2016 con una aceleración a partir de 2017 y en los dos años siguientes.
“El entorno externo presenta tanto riesgos como oportunidades. Como una pequeña economía abierta que exporta sobre todo productos agrícolas y tiene a no residentes como titulares de un porcentaje relativamente elevado de su deuda pública, Uruguay está expuesto al riesgo de un menor crecimiento global y a condiciones financieras mundiales más estrictas”, evalúa el directorio.
Para enfrentar tales “riesgos principales para las perspectivas”, Uruguay cuenta con “fuertes reservas de liquidez de los sectores privado y público” las que facilitarían un ajuste ordenado a los shocks externos”, afirma el FMI en el informe.
En forma adicional, la reciente caída de los precios internacionales del petróleo se presentan como una “excelente oportunidad para mejorar el resultado fiscal y reducir la inflación”, añade.
Sin embargo, “las altas participaciones de no residentes en la deuda pública y los créditos bancarios en dólares al sector de bienes no transables -aquellos que no se comercian con el exterior y por tanto tienen ingresos en pesos- podrían presentar vulnerabilidades”, expresa el directorio del FMI que encabeza Christine Lagarde.
El organismo suele realizar sugerencias al gobierno que puede tomarlas o desecharlas.
“Esa estrategia implicaría el mantenimiento de una política monetaria suficientemente contractiva para mantener la inflación en una tendencia a la baja, moviéndose hacia una política fiscal más restrictiva y una reducción en el componente retroactivo de fijación de salarios para atemperar la persistencia de la inflación”, comenta el organismo.
También, como en otras ocasiones, aconseja que el Banco Central del Uruguay debe realizar “esfuerzos de comunicación bien elaborados para fortalecer su influencia sobre las expectativas de inflación”. Además, “una mayor autonomía del BCU sería beneficiosa”, agrega.
“El presupuesto de los próximos cinco años es una oportunidad para reforzar la sostenibilidad fiscal”, afirma el FMI en el comunicado.