El papa Francisco pidió durante su primera misa del año 2015 “luchar contra las formas modernas de esclavitud” durante la homilía que pronunció en la misa que celebró durante la Jornada Mundial de la Paz.
Todos estamos llamados a ser libres, todos a ser hijos y, cada uno de acuerdo con su responsabilidad, a luchar contra las formas modernas de esclavitud”, dijo el pontífice argentino en la Basílica de San Pedro.
El papa Bergoglio consideró, en su discurso con motivo de la celebración de la cuadragésimo octava edición de la Jornada Mundial de la Paz, que las “escasas” oportunidades de trabajo contribuyen a la aparición de formas de esclavitud moderna.
Este mensaje fue adelantado ya el pasado 12 de diciembre por el Vaticano y, en él, el Papa dice que las empresas deben ofrecer a sus empleados “condiciones de trabajo dignas y salarios adecuados” y critica como forma de opresión moderna “la corrupción de quienes están dispuestos a hacer cualquier cosa para enriquecerse”.
El Papa menciona como causas de la “esclavitud moderna” la pobreza, el subdesarrollo y la exclusión, combinadas con la falta de acceso a la educación o “con una realidad caracterizada por las escasas, por no decir inexistentes, oportunidades de trabajo”. El Papa denuncia en su mensaje que la corrupción “sucede cuando en el centro de un sistema económico está el dios dinero y no el hombre, la persona”.
Como formas de esclavitud moderna señala a la prostitución o el tráfico de órganos y destaca que “el derecho de toda persona a no ser sometida a esclavitud ni a servidumbre” debe ser “reconocido en el derecho internacional como norma inderogable”.
El papa Francisco recordó en su mensaje a los “muchos emigrantes que, en su dramático viaje, sufren el hambre, se ven privados de la libertad, despojados de sus bienes o de los que se abusa física y sexualmente”, inmigrantes que “después de un viaje durísimo y con miedo e inseguridad, son detenidos en condiciones a veces inhumanas” y se “ven obligados a la clandestinidad por diferentes motivos sociales, políticos y económicos” o, “con el fin de permanecer dentro de la ley, aceptan vivir y trabajar en condiciones inadmisibles”.
Por último, Francisco se refiere a “los conflictos armados, la violencia, el crimen y el terrorismo” para decir que son “otras causas de la esclavitud”, e insiste en que “muchas personas son secuestradas para ser vendidas o reclutadas como combatientes o explotadas sexualmente, mientras que otras se ven obligadas a emigrar, dejando todo lo que poseen.
El miércoles en la última homilía del año pasado el Papa había enfatizado que los pobres, los marginados, deben ser el centro de nuestra preocupación, de nuestras acciones diarias. Se necesita defender, servir a los pobres y no servirse de los más débiles”.
No fuercen a los pobres a hacerse mafiosos”, resaltó el Pontífice durante la plegaria de las Vísperas y el Te Deum, el himno de agradecimiento por el año transcurrido.
“Cuando en una ciudad los pobres y los débiles son curados, socorridos y ayudados a promoverse en la sociedad, ellos se revelan como el tesoro de la Iglesia y un tesoro en la sociedad. En cambio, cuando una sociedad ignora a los pobres, los persigue, los criminaliza, los obliga a hacerse mafiosos, esa sociedad se empobrece hasta la miseria, pierde la libertad y prefiere el ajo y la cebolla de la esclavitud”.