Mientras en Ferguson Missouri lentamente se recupera la normalidad tras los disturbios que desató el lunes la no imputación del policía que mató a tiros al joven negro Michael Brown, en la ciudad de Los Angeles se vivió una noche de protestas y episodios de violencia que condujeron a decenas de arrestos.
Las protestas por el fallo judicial, que el martes se extendieron a 170 ciudades de todo el país, se mantuvieron vivas el miércoles en el centro de Los Ángeles, donde la Policía dispersó a centenares de manifestantes y efectuó decenas de detenciones.
En las calles de la ciudad californiana pudo verse cómo manifestantes lanzaban objetos contra los policías, unas imágenes que contrastaron con las del resto del país, con pequeñas y contadas concentraciones que nada tuvieron que ver con los cortes de carreteras y puentes de la jornada anterior.
En Ferguson, epicentro de las protestas, apenas hubo unas pocas decenas de manifestantes, mientras la Guardia Nacional vigilaba los comercios y edificios que el lunes registraron incendios, destrozos y saqueos.
Ya el martes este suburbio de San Luis vivió una noche más tranquila que la anterior, mientras las protestas más significativas se registraban en Nueva York, Los Ángeles, Atlanta, Washington DC, Boston y Filadelfia.
La calma de la noche del miércoles en todo el país se explica en parte por tratarse de la víspera de Acción de Gracias, la fiesta familiar por excelencia en Estados Unidos, en la que 46 millones de personas se desplazan entre el miércoles por la tarde y el jueves por la mañana para la tradicional comida con sus allegados.
Las grandes ciudades de todo el país están en alerta por posibles disturbios desde la noche del lunes, cuando se conoció que el agente Darren Wilson seguirá libre y sin cargos después de que un gran jurado concluyera que no existen pruebas suficientes para su imputación.
Wilson, blanco y de 28 años, mató con varios disparos a Brown, negro y de 18, el 9 de agosto cuando el adolescente iba desarmado y en circunstancias aún por esclarecer. Este caso provocó entonces una ola de disturbios raciales que se saldaron con saqueos y destrozos, una violencia que volvió el lunes a esta pequeña ciudad de poco más de 20.000 habitantes tras conocerse el fallo.
Para evitar que la repetición de ese escenario, Ferguson se blindó la noche del martes con más de 2.000 agentes de la Guardia Nacional y efectivos de otros cuerpos de seguridad, mientras en las grandes ciudades de EE.UU. los manifestantes cortaban puentes y carreteras. Esas imágenes se pudieron ver en Nueva York, Atlanta, Boston, Nashville, Minneapolis, Oakland y Los Ángeles.