La presidenta Dilma Rousseff afirmó en Australia que la investigación del caso de corrupción en la petrolera estatal Petrobras “cambiará Brasil” y supondrá el fin de la “impunidad”, informaron fuentes oficiales.
Rousseff, que está en Brisbane para la cumbre del G20, afirmó que el escándalo de Petrobras es el “primero” que ha sido investigado en la historia de Brasil.
“Hay ahí una diferencia substantiva y creo que esto puede de hecho cambiar el país para siempre. ¿En qué sentido? En el sentido de que va a acabarse con la impunidad”, afirmó la mandataria en una rueda de prensa.
El caso se refiere a la elevación ilegal de precios en obras y contratos de Petrobras, con el fin de alimentar una red de corrupción para el pago de coimas a políticos y partidos, según las investigaciones.
La operación se inició en marzo pasado y a raíz de ella han sido arrestados varios directivos de Petrobras y de las mayores constructoras de Brasil.
Según las investigaciones, la red de corrupción movió entre 2006 y 2014 unos 10.000 millones de reales (unos 3.850 millones de dólares) en sobrefacturación de obras y contratos de Petrobras.
El pasado viernes la Policía Federal desencadenó la mayor redada dentro del caso, con la que han sido arrestados una veintena de ejecutivos, entre ellos los presidentes de tres grandes constructoras.
No obstante, Rousseff dijo que “no hay que demonizar” a las constructoras de Brasil y abogó por restringir la responsabilidad a los individuos que han corrompido a terceros o han sido corrompidos.
Parte de las investigaciones se basan en declaraciones del ex-director de Abastecimiento de la empresa Paulo Roberto Costa, arrestado al comienzo de la operación y quien ha aceptado colaborar con la justicia a cambio de una reducción de pena.
Según las declaraciones de Costa, el 3 % de todos los contratos del área de Abastecimiento se dedicaba a financiar a partidos políticos oficialistas.