Brasil registró 53.646 muertes violentas en 2013, lo que supone que una persona perdió la vida cada diez minutos como consecuencia de la violencia, según los datos del Anuario Brasileño de Seguridad Pública, presentado este martes en Sao Paulo.
La cifra, que incluye los homicidios intencionales y las muertes por robos, asaltos y por lesiones corporales en 2013, representa un aumento del 1,1% con respecto a 2012. De ese total, 2.212 personas murieron en operaciones policiales, lo que representa un promedio de seis muertos por día a manos de policías, mientras que 490 agentes fallecieron en acciones de servicio o asesinados.
El estudio detalló que el 53,3% de los muertos en Brasil por la violencia tenía entre 15 y 19 años de edad, el 68% era de raza negra y un 93,8% del sexo masculino. En el caso de las violaciones sexuales, Brasil registró el último año 50.320 casos, que representan un leve aumento del 0,19% con respecto a los números de 2012, pero según el estudio la cifra se podría triplicar porque sólo el 35,5 % de las víctimas de este tipo de crimen lo denuncian ante las autoridades.
El número de personas encarceladas en el país en 2013 sumaba 574.207, de las cuales el 40,1% esperaba por su juicio, una de las causas de la sobrepoblación carcelaria por las que atraviesa el país suramericano en las últimas décadas. El documento también indica que la violencia le costó a Brasil 258.000 millones de reales (unos 101.097 millones de dólares) en 2013, cifra equivalente a un 5,4% del PIB, según el anuario.
En tanto se revelaban estas cifras en Rio de Janeiro unos quince hombres armados con fusiles se llevaron de un hospital a un narcotraficante que estaba ingresado allí bajo custodia policial, informaron fuentes oficiales. La operación duró cerca de quince minutos y causó pánico en el Hospital Estatal Azevedo Lima de Niteroi, una de las ciudades del área metropolitana de Río de Janeiro.
Los pistoleros ingresaron por la puerta principal del hospital y, tras haber desarmado a los dos policías que custodiaban a Jhony Luis da Silva, conocido como Bebezao, se apoderaron de las pertenencias de los pacientes y familiares que estaban en la sala de espera.
Poco antes de la operación de rescate, los agresores asesinaron a un suboficial de la policía que estaba vestido de civil para robarle uno de los automóviles que usaron en la fuga del hospital. Antes de huir obligaron a varios médicos, enfermeros y pacientes a ingresar en una sala de cuidados intensivos, en donde los encerraron con llave.
Bebezao fue detenido el 16 de octubre pasado tras un tiroteo entre la policía y un grupo de hombres que había asaltado tres camiones que salían cargados de un depósito, en una operación en que murieron tres de los asaltantes.
El narcotraficante, considerado por la policía como el jefe de la banda criminal que controla la venta de drogas en la favela Morro da Pedreira, sufrió una herida de bala en una pierna y desde entonces estaba ingresado en el Hospital Azevedo Lima.