Los partidos de oposición a la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, reelegida este domingo, ganaron las elecciones regionales en nueve de los 14 estados en los que se celebró la segunda vuelta, incluyendo plazas importantes como Río Grande do Sul y Brasilia.
Los candidatos afines al Gobierno triunfaron en los otros cinco estados y su victoria más importante fue en Río de Janeiro, tercera región más poblada, donde los dos aspirantes eran aliados de Rousseff, y venció Luiz Fernando Pezao, del centrista Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB).
Pezão obtuvo un 55,78 % de los votos, mientras que el pastor evangélico Marcelo Crivella, del conservador Partido Republicano Brasileño (PRB), recibió el 44,22 %.
De los 27 gobiernos regionales del país, doce quedaron en manos de aliados de Rousseff y 15 de la oposición, incluyendo Sao Paulo, el estado más poblado, rico y desarrollado, donde las elecciones se decidieron en la primera vuelta, celebrada el pasado día 5, cuando ganó la reelección el gobernador Geraldo Alckmin.
Sao Paulo está bajo la órbita del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), formación del derrotado candidato presidencial Aécio Neves, de forma ininterrumpida desde 1995, lo que generó roces con los gobiernos de Rousseff y su predecesor Lula de Silva.
El mayor revés para Rousseff este domingo fue en Río Grande do Sul, donde perdió las elecciones el actual gobernador, Tarso Genro, un importante miembro del Partido de los Trabajadores (PT), ex-ministro y amigo personal de Lula.
Genro, que tuvo un 38,79 % de los votos, fue derrotado por José Ivo Sartori, del PMDB, que era apoyado por las fuerzas conservadoras y recibió el 61,21 %.
Río Grande do Sul es el quinto mayor colegio electoral de Brasil, con cerca de 8,4 millones de votantes, y es un tradicional reducto de la izquierda y en especial del PT.
Su capital, Porto Alegre, se convirtió en la meca de la izquierda mundial y del movimiento contra la globalización, por haber alumbrado el Foro Social Mundial, una alternativa al Foro Económico de Davos (Suiza) en cuya creación tuvo una participación clave el partido de Lula.
En Brasilia, donde se citaban dos opositores en la segunda vuelta, se impuso Rodrigo Rollemberg, del Partido Socialista Brasileño (PSB) con un 55,56 % de los votos, frente al conservador Jofran Frejat, del Partido de la República (PR), que obtuvo el 44,44 %.
Rollemberg actualmente es el líder del PSB en el Senado y durante la campaña tuvo un fuerte apoyo de la ecologista Marina Silva, la tercera candidata más votada en las presidenciales, y luego del opositor Aécio Neves.
La oposición también mantuvo su hegemonía en pujantes regiones agrícolas como Goiás y Mato Grosso do Sul, y venció en los estados amazónicos de Amazonas, Pará, Roraima y Amapá.
El oficialismo ganó el estado amazónico de Acre y se asentó en el noreste, la zona más pobre de Brasil, donde mantuvo estados como Ceará, Paraíba y Río Grande do Norte.
En este último estado ganó Robinson Faria, del Partido Social Democrático (PSD), con el apoyo del PT, ante el presidente de la Cámara de los Diputados, Henrique Eduardo Alves, quien pese a haber sido un estrecho aliado de Rousseff en el Parlamento, acudió a las urnas con una coalición de partidos opositores.
El mayor triunfo para el oficialismo en la primera vuelta fue en Minas Gerais, el segundo estado más poblado del país, que tuvo el gusto de una victoria personal para Rousseff, puesto que Neves gobernó ese estado entre 2003 y 2007. Por otra parte Rousseff es originaria de Minas Gerais donde su padre llegó a tener la escribanía más importante de Belo Horizonte.
Minas Gerais ha estado en manos de los conservadores desde el regreso de la democracia en 1985 y a partir del próximo 1 de enero será gobernado por primera vez por el PT, en una gestión encabezada por Fernando Pimentel, ex ministro de Comercio de Dilma.
El PT y el PSDB ganaron cinco gobernaciones cada uno mientras que el PMDB fue el partido que ganó más gobiernos regionales, un total de siete, algunos de los cuales favorables a Rousseff mientras que otros se apoyaron en las fuerzas conservadoras.
Rousseff ganó hoy la reelección en las presidenciales con un 51,64 % de los votos, frente al 48,36 % de Neves, y gozará de mayoría absoluta en el Congreso bicameral si logra mantener la coalición que la viene acompañando desde que asumió por primera vez en 2010.