Reino Unido no tiene intención de pagar los 2.100 millones de euros de más al presupuesto europeo que le reclama Bruselas, aseguró el primer ministro David Cameron, declarándose furioso por la reevaluación del aporte británico.
No voy a pagar esa factura el 1 de diciembre”, dijo Cameron en conferencia de prensa en Bruselas al término de una cumbre de los líderes de la UE. “Estoy totalmente furioso”, agregó, anunciando que los ministros de Finanzas europeos mantendrán “una reunión de emergencia” para tratar el asunto.
La Comisión Europea revisó al alza sus demandas de aportaciones a Londres y Ámsterdam como resultado de su bonanza económica y de nuevos parámetros para el cálculo del PIB, que incluyen actividades de la economía subterránea como el tráfico de drogas y la prostitución.
Bruselas reclama al gobierno británico una contribución adicional al presupuesto comunitario de 2.100 millones de Euros y a La Haya 642 millones. En cambio, le rebajó la factura a España en 168,9 millones, a Francia en 1.270 millones y a Alemania en 779 millones de Euros.
Ello hará más indigerible la noticia para la opinión pública británica, particularmente euroescéptica. Cameron trata de apaciguarla ante las elecciones generales de 2015 y ha prometido recuperar poderes cedidos en el pasado a la UE y convocar un referéndum sobre la permanencia del Reino Unido en el bloque en 2017.
“La economía británica está creciendo más rápido que las otras y se aplica la misma lógica que con los impuestos: si alguien gana más, paga más”, dijo el portavoz de la Comisión Patrizio Fiorelli.
Jeroen Dijsselbloem, el ministro holandés de Finanzas -y actual presidente del Eurogrupo, la instancia que reúne a los titulares de Economía de los 18 países de la Eurozona-, dijo que la nueva factura “es una sorpresa muy desagradable”.
Hicimos una provisión para el año que viene porque esperamos un alza del Producto Interior Bruto y en consecuencia una aportación más elevada a la UE, pero ahora aquí nos están hablando de una revisión”, se quejó Dijsselbloem.
El ministro holandés acabó criticando el modo en que se conoció la revisión de las aportaciones al presupuesto. “La comunicación de la Comisión es curiosa. Publican una tabla en internet sin avisar a los Estados miembros. No estamos contentos”, dijo el holandés.
“No es aceptable comportarse así”, coincidió Cameron. “No vamos a sacar de repente nuestra chequera y pagar la factura”, dijo.
El otro tema que enrarece el ambiente europeo en un momento en que se dibuja en el horizonte una nueva recesión en el continente es el desafío de París y Roma a las estrictas reglas sobre déficit públicos, que sus nuevos presupuestos no respetan, de lo que debatirán también los mandatarios de los 18 países de la zona Euro que comenzaron un cónclave terminada la reunión de la UE.
El presidente del Consejo italiano, Matteo Renzi, cargó el jueves contra la Comisión al publicar la carta que recibió de ésta en la que se le señala la “desviación importante” de la ley fiscal italiana y le pide rectificación.
La Comisión, que vela por el respeto de las reglas europeas que estipulan un déficit público de un máximo de 3% y una deuda de no más de 60% del PIB, podría pedir a varios países de la zona euro revisar sus leyes fiscales en las próximas semanas.
En el ambiente y los debates está presente también el plan de inversiones de 300.000 millones de Euros que prometió la nueva Comisión Europea, un paquete que mantiene en vilo a los países con más necesidad cuando la recesión amenaza nuevamente.
El Fondo Monetario Internacional ha expresado su inquietud por la situación económica europea y cifró en un 40% la posibilidad de que se dé una nueva recesión, la tercera de esta crisis que estalló en 2007.