Los presos de una cárcel del sur de Brasil que estaban amotinados desde el lunes y mantenían a guardias y otros presos como rehenes pusieron fin este miércoles a la rebelión, informó la secretaría local de Justicia.
“La rebelión llegó a su fin. Ahora comienza la transferencia de presos a otras unidades del estado de Paraná y de Santa Catarina”, otro estado del sur de Brasil, declaró un portavoz de la secretaría de Justicia de Paraná.
Según el portavoz, 28 presos serán transferidos desde la cárcel de Guarapuava, en la zona central de Paraná, donde se inició el motín el lunes por la mañana. Los presos no explicaron por qué querían ser transferidos, pero esa era la exigencia que establecieron para acabar con la rebelión, dijo el vocero.
Los amotinados tomaron el lunes 12 guardias y varios presos como rehenes. Todos fueron liberados y no hay víctimas, dijo el portavoz. Durante la rebelión, imágenes del canal Globo News mostraban a tres personas semidesnudas, presuntamente guardias, amarrados de manos, sentados en el techo de un pabellón. Al menos uno de ellos era apaleado por un preso.
Los presos, para presionar, desde la cárcel también ordenaron el incendio de ómnibus del transporte público y algunos edificios públicos lo cual efectivamente sucedió durante varias noches hasta en la capital de Santa Catarina, la ciudad balneario de Florianópolis.
La prisión de Guarapuava alberga 240 presos y este motín fue el quinto en poco más de un mes en cárceles de Paraná. Según el sindicato de agentes penitenciarios del estado, se trató del motín número 21 desde diciembre a la fecha.
Las cárceles brasileñas albergan unos 563.000 prisioneros, la cuarta población penal del mundo detrás de Estados Unidos, China y Rusia, según la oficina local de Amnistía Internacional que cita cifras del mes de mayo. Y de acuerdo a la ONG de derechos humanos Conectas, que trabaja el tema carcelario, faltan más de 200.000 plazas para evitar el hacinamiento y todos los problemas que derivan de éste hacinamiento.