La candidata opositora Marina Silva tachó de “aventurera” a la presidente de Brasil Dilma Rousseff, quien procura ser reelecta para un segundo gobierno en los comicios generales cuya primera vuelta se realizará el 5 de octubre próximo.
La ex senadora y ex ministra ambientalista, que emergió hace un mes como presidenciable, dijo que el actual gobierno gasta “por encima del crecimiento del Producto Bruto Interno” y en forma “ineficiente”, lo que compromete la economía del país.
Dilma no demoró la respuesta y le enrostró a la postulante opositora que su remedio para “ordenar” las cuentas públicas es “peligroso, electoralista, conservador y neoliberal”. Según Dilma es innecesario “hablar de un ajuste fiscal profundo” como sostiene la postulante opositora, porque Brasil no está desequilibrado “ni tiene crisis cambiaria”.
Marina defendió en un programa de la TV Globo, el retorno al modelo económico de Itamar Franco y Fernando Henrique Cardoso.
Dilma le reprochó a su oponente, con la cual seguramente deberá competir en una segunda vuelta: “¿Qué significa hacer un shock fiscal? ¿Cuánto va a durar? ¿Va a cortar programas sociales? ¿El “bolsa familia”? ¿Va a cortar los subsidios a Mi Casa, Mi Vida? No es necesario ese ajuste. Nosotros no creemos en el shock fiscal. ¡Lo que Brasil precisa es una política fiscal sistemática y robusta!”
En la entrevista que la ex senadora Marina dio a la TV Globo, defendió como paradigma el modelo económico implantado por Itamar Franco y Fernando Henrique Cardoso (meta inflacionaria, dólar flotante y superávit fiscal), y en su opinión “continuado por Lula”. Se entiende que ella comulgue con la concepción económica de la socialdemocracia brasileña. Algunos de los economistas que la asesoran, como André Lara Resende y Eduardo Gianetti da Fonseca, vienen del equipo de Cardoso. El primero, inclusive, fue uno de los númenes del Plan Real, exitoso durante el primer gobierno de Cardoso pero que terminó en forma catastrófica al final de su segundo período, en 2002.
Los periodistas que entrevistaron a la ex ministra ambientalista fueron incisivos al preguntarle una y otra vez cómo haría para mantener la inflación a raya, lograr el crecimiento y aumentar el superávit fiscal en base a un recorte de los gastos públicos, como anticipó que deberá ocurrir el coordinador del programa económico marinista Mauricio Rands.
Rands reveló que difícilmente la economía vaya a crecer el próximo año porque será preciso realizar “un fuerte ajuste”.
Ante el desafío y sin dejar flancos libres para la crítica, Silva fue tan evasiva que infantilizó su respuesta. “Cortar gastos ineficientes no significa no hacer inversiones. Gastos ineficientes son aquellos que se generan en proyecto que comienzan con un valor inicial y luego terminan con otro muy superior. Eso es lo que llamo ineficiencia del gasto público”, sostuvo.
Quien dio las precisiones del plan fue Rands. “En el primer año habrá bajo crecimiento porque se precisará un ajuste fiscal grande, con acomodamiento de precios relativos, como el precio del cambio, de la energía y del combustible. Todo eso generará una serie de incertidumbres en la economía”, dijo.
Es este proyecto el que cuestionó Dilma. La presidente y candidata criticó también la reducción de funciones de los bancos públicos brasileños que han financiado los proyectos sociales y también los privados. “Ella dará atención prioritaria a los bancos privados. A eso apunta la independencia del Banco Central. En Brasil, los únicos independientes son los poderes de la República: el legislativo, el ejecutivo y el judicial”, concluyó