La presidenta brasileña y aspirante a la reelección, Dilma Rousseff, prometió que si gana las elecciones de octubre próximo convocará un plebiscito popular con el objetivo de impulsar una amplia reforma política en el país.
Rousseff insistió en que un plebiscito es el único mecanismo que brindaría la suficiente “fuerza” para impulsar una “reforma profunda” de las normas políticas, que cree necesaria para Brasil.
“Sin el respaldo de la población no tendremos fuerza para hacer los cambios”, dijo la jefa de Estado en una entrevista al diario O Estado de Sao Paulo, retransmitida por internet.
Rousseff recordó que ella propuso convocar el plebiscito el año pasado, en respuesta a las manifestaciones masivas ocurridas en junio de 2013, pero el Congreso frenó la iniciativa por haber poco tiempo hábil para que cualquier cambio pudiera entrar en vigor antes de las elecciones.
Entre las reformas que pretende someter a votación popular, Rousseff mencionó cambios en las reglas de financiación de las campañas políticas, y el establecimiento de normas para mejorar la transparencia, para “bloquear” la corrupción y para mejorar la representatividad popular en el Parlamento.
La mandataria aludió a las propuestas que ha hecho en este sentido su principal contrincante en las urnas, Marina Silva, a la que los sondeos señalan con posible vencedora de las elecciones presidenciales y que tiene como bandera el impulso de una “nueva política”.
“La nueva política implica que el pueblo participe en un plebiscito para cambiar la política de este país”, defendió la presidenta.
Rousseff dijo estar en contra de la propuesta de Silva de hacer coincidir la fecha de todas las elecciones.
Silva, quien lidera las encuestas de intención de voto, también ha propuesto prohibir la reelección de los cargos públicos y alargar los mandatos de cuatro a cinco años.
A ese respecto, Rousseff estuvo de acuerdo en que “si se acaba con la reelección, el mandato tiene que ser de cinco años”.