La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff admitió este lunes la posibilidad de un reajuste “futuro” al precio de la gasolina, pero aclaró que es algo en lo que ella no tiene “competencia” para una decisión, por lo que llamó a no mezclar estos temas con los comicios de octubre, en los que buscará la reelección.
El reajuste “podrá” darse “en algún momento, pero no estoy diciendo si habrá o no un aumento, además porque no tengo competencia para tomar esa decisión”, señaló Rousseff en una rueda de prensa en Brasilia de su campaña para la reelección.
La falta de un ajuste en el precio de la gasolina, por un “interés político”, fue uno de los motivos apuntados por el mercado para los resultados de la petrolera estatal Petrobras por debajo de los esperados en el segundo trimestre.
El beneficio neto de Petrobras en el segundo trimestre del año fue de 4.959 millones de Reales (unos 2.170 millones de dólares), un 20 % menos del resultado en el mismo período de 2013.
Entre enero y junio el beneficio neto de la estatal alcanzó los 10.342 millones de reales (unos 4.526 millones de dólares), que equivalen a una contracción del 25 % frente a los primeros seis meses de 2013.
En ese sentido, la mandataria defendió el aumento de precios “sistemáticos” de la estatal del combustible que es entregado a las distribuidoras, como en 2012 y 2013.
“Creo que esos resultados serán revertidos”, agregó Rousseff, quien aseguró también que es un “deber de Estado” el hecho de “preservar” la compañía y no mezclar ese tema con las elecciones de octubre próximo, en las que la mandataria buscará la reelección.
Petrobras es objeto de investigaciones por las supuestas irregularidades en la compra de la refinería Pasadena, en Texas (Estados Unidos) en 2006.
La presión política ante esa situación, apuntó Rousseff, “no es correcto. No muestra madurez. Utilizar cualquier rumor político para comprometer una gran empresa y su dirección es muy peligroso”.