La presidenta brasileña y candidata a la reelección en los comicios de octubre, Dilma Rousseff, coincidirá el miércoles por primera vez en la campaña con sus dos mayores rivales: el socialdemócrata Aécio Neves y el socialista Eduardo Campos.
Los tres grandes protagonistas del proceso electoral en Brasil se citarán en la Confederación Nacional de la Industria (CNI), que les presentará, por separado, sus propuestas para el sector y escuchará los planes que tienen los candidatos para reactivar la deprimida actividad industrial.
Desde que comenzó la campaña el pasado 5 de julio, en medio del Mundial de fútbol de Brasil, los tres candidatos han mantenido una actividad política limitada, debido precisamente al evento de la FIFA.
La cita en la CNI será, de alguna manera, el inicio oficioso de la campaña de cara a las elecciones del 5 de octubre próximo, para las que Rousseff se presenta como favorita, aunque las encuestas le otorgan también posibilidades de victoria a Neves y muestran a Campos como el fiel de la balanza.
Los últimos sondeos le adjudican a Rousseff una intención de voto cercana al 38%, frente al 22% que obtendría Neves y el 10% que se le atribuye a Campos. Esos resultados llevarían la definición a una segunda vuelta, en la que Rousseff se impondría con una votación cercana al 40% frente al candidato socialdemócrata, que escalaría hasta cerca del 35%.
La diferencia entre ambos se ha reducido en los últimos meses y las empresas de demoscopia han atribuido esa tendencia al progresivo deterioro de la economía que los brasileños sienten sobre todo en sus bolsillos por la vía de la inflación, que se calcula que este año cerrará en torno al 6,5%.
El aumento de los precios ha reducido el consumo interno, que fue en los últimos años el propulsor de la actividad económica, y con ello ha disminuido el ritmo de la inversión privada. Según la CNI, hay también factores estructurales que atenazan el crecimiento, frenan las inversiones y favorecen la inflación, entre los cuales sitúa un engorroso y costoso sistema tributario.
En los documentos que entregarán a los candidatos a la presidencia, los industriales plantearán la “urgencia” de encarar una profunda reforma tributaria, que permita reducir los impuestos y simplificar la recaudación.
Según la CNI, la actual carga tributaria en Brasil es equivalente a cerca del 38 % del PIB , pero el Estado no retribuye a la sociedad con servicios públicos adecuados y tiene serias carencias en infraestructuras, que encarecen los productos.
En ese sentido, la CNI propone una “modernización” de la actual estructura tributaria, que acabe con una “acumulación” de impuestos cobrados a nivel regional y nacional, y los unifique, a fin de abaratar los costos impositivos y simplificar la recaudación.
Según cálculos de la CNI, la actual forma de recaudación encarece en un promedio del 10,6 % todo proyecto de inversión, por lo que una reforma tributaria promocionaría el desarrollo de nuevas iniciativas en la empresa privada.