La policía y manifestantes se enfrentaron en Brasil mientras en San Pablo se realizaba este jueves la inauguración del Mundial de la Copa 2014, dejando al menos siete heridos, aunque en muchas partes del país se empezaba a percibir el entusiasmo por el torneo y los hinchas ondeaban banderas en el nuevo estadio de San Pablo tras el triunfo de 3 a 1 sobre Croacia.
El evento se vio empañado por las demoras en las obras de construcción y meses de disturbios políticos, porque muchos brasileños están molestos por los 11.300 millones de dólares gastados en preparativos para el Mundial, en un país donde los hospitales, escuelas y transporte públicos tienen muchas necesidades.
Los focos de conflicto durante la fiesta se produjeron en Río de Janeiro, San Pablo y Belo Horizonte
La policía usó bombas de ruido y gases lacrimógenos para dispersar a una multitud de alrededor de cien manifestantes que se congregaron en el este de San Pablo, a unos 10 kilómetros de del estadio Arena Corinthians. Luego de que los manifestantes intentaron cortar la principal calle que lleva al estadio, al menos siete personas resultaron heridas en enfrentamientos con efectivos, dijo un portavoz de la policía.
Entre los lesionados se encuentras dos periodistas de la cadena CNN. La productora de la red de televisión norteamericana en Sao Paulo, Barbara Arvanitidis, de nacionalidad canadiense, fue herida en un brazo aunque sin gravedad mientras cubría la protesta por la esquirla de una bomba aturdidora lanzada por los agentes.
A su vez la corresponsal de CNN en la ciudad brasileña, Shasta Darlington, también resultó herida leve con algunos rasguños como consecuencia de una caída durante la confusión.
Más tarde un grupo de activistas hizo circular fotografías de un puñado de manifestantes con lesiones, como narices ensangrentadas y heridas en las piernas por lo que parecían ser balas de goma. Una productora de CNN resultó herida durante el enfrentamiento, según testigos.
En tanto alrededor de mil manifestantes en Río de Janeiro marcharon pacíficamente, pero unos cuantos quemaron banderas brasileñas y corearon consignas como FIFA vete a casa, refiriéndose al organismo que rige al fútbol internacional. Hubo protestas más pequeñas en otras ciudades sede.
Sin embargo en el Corinthians Arena se vivió un doble espectáculo: miles de hinchas en las tribunas insultaron a la presidenta Dilma Rousseff, al igual que la presidente de la FIFA, Josep Blatter, quienes se presentaron ante el estadio acompañados de muchos jefes de estado y de gobierno.
Empero al entonarse el himno nacional de Brasil al inicio del partido, y contraviniendo el reglamento de FIFA que establece tan sólo 90 segundos para su entonación, el público de pie y a capela completó las estrofas de la pieza.
Aunque también debe mencionarse que no hubo discurso ni palabras de aperturas del campeonato por parte de la presidenta Rousseff ni por el titular de la FIFA, Blatter, los personajes más criticados en las reiteradas protestas en las semanas conducentes a la ceremonia de este jueves.
Un año atrás cuando la Copa de Confederaciones ninguno de los dos pudo terminar sus discursos de inauguración por la generalizadas silbatina y gritos de rechazo, a lo cual se había sumado un millón de manifestantes en las calles de las principales ciudades del país para protestar por la corrupción y la pésima calidad de los servicios públicos del país.