La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, cuya popularidad cayó en las encuestas convocó a Lula da Silva para realizar una serie de actos proselitistas aprovechando los altos índices de aprobación del ex mandatario de cara a las elecciones de octubre.
Rousseff y la dirección del oficialista Partido de los Trabajadores acordaron una ofensiva proselitista junto a Lula da Silva que comenzará este mes, con el propósito de recomponer la imagen presidencial a 5 meses de los comicios en que buscará la reelección.
Tres encuestas publicadas en abril indican que Rousseff perdió entre 6 y 7 puntos de intención de voto, cayendo al 37%, mientras su principal adversario, el precandidato presidencial Aecio Neves, socialdemócrata, subió al 20%, con lo que aumentó la posibilidad de un balotaje.
Fuentes consultadas por el diario Folha de Sao Paulo de este martes adelantaron que Rousseff participará en un acto junto a Lula da Silva este mes en Belo Horizonte, reducto de Neves, primer paso de un plan para mejorar la aprobación de la mandataria, que comenzó a caer desde las protestas ocurridas durante la Copa de las Confederaciones de junio de 2013.
Para algunos petistas, Lula da Silva puede ser un “pulmotor” a favor de la deteriorada popularidad de Rousseff en los actos que se realizarán a lo largo del mes de junio, coincidiendo con la celebración de la Copa del Mundo, entre el 12 de junio y el 13 de julio.
La dirección petista espera que la Copa del Mundo se realice sin contratiempos ni grandes manifestaciones, para vigorizar la imagen de Rousseff, y con ello enterrar la demanda de sectores del partido que impulsan la candidatura de Lula da Silva en los comicios de octubre.