El motín en una penitenciaría en la ciudad brasileña de Aracaju, finalizó el domingo con la liberación de los cuatro guardias mantenidos como rehenes. También se les permitió salir a los casi 130 familiares que habían ido a visitar a sus familiares el sábado.
Según Mauricio Lunes, jefe de la Policía Militar en el estado de Sergipe, noreste del país donde se ubica Aracaju, las autoridades aceptaron la principal exigencia de los reos: el traslado de algunos de los presos. También destacó que se logró controlar la situación antes de que se extendiera por toda la instalación.
Sandra Melo, asesora jurídica de la prisión, afirmó que los familiares no fueron amenazados, sino que quedaron atrapados cuando los reos capturaron a los guardias, de los cuales dos sufrieron lesiones menores.
En las más de 1200 prisiones de Brasil los motines son comunes. En 2012, en la misma prisión 131 rehenes fueron retenidos por 26 horas para exigir que se investigaran presuntos abusos por parte de los guardias.