El Fondo Monetario Internacional (FMI) recomienda a América Latina políticas fiscales prudentes, vigilar las vulnerabilidades financieras y estimular el crecimiento a través de un buen gasto social en un momento en que se ralentiza su crecimiento. Las propuestas las expuso este lunes Dora Iakova, jefa de Estudios Regionales del Departamento del Hemisferio Sur del FMI.
En la presentación de la jornada organizada por la Fundación Areces para presentar en España su informe “Perspectivas económicas-Las Américas (abril 2014): desafíos crecientes”, también participó el director del departamento del Hemisferio Occidental del FMI, Alejandro Werner, quien destacó que en América Latina se da una “desaceleración importante”, con un crecimiento del 2,5% en 2014, el más bajo de los últimos 10 o 12 años.
Sin embargo, Werner destacó como factores importantes la estabilidad financiera, fiscal y monetaria en la mayoría de los países de la región.
Iakova destacó que este crecimiento ralentizado se da en un momento de bajada de los precios de las materias primas, que aportan ingresos importantes a la región, y cuando hay un incremento del coste de la financiación, con una subida de tipos de interés en EE.UU.
A ello se une la existencia de “cuellos de botella” en la oferta, que ralentizan el crecimiento. Ante esta situación, el FMI recomienda mantener la prudencia en las políticas fiscales y sugiere recortar el gasto en subsidios de la energía, que Iakova calificó de “muy costosos y distorsionan la actividad económica” y citó los casos de Bolivia, Ecuador, Argentina o Venezuela.
La ejecutiva del FMI advirtió también que “los riesgo financieros deben ser vigilados” y señaló como un área de riesgo potencial el aumento del apalancamiento de las corporaciones.
Además, propuso estimular el crecimiento a través de un “buen gasto social”, con medidas para mejorar la educación -que repercutiría en la productividad-, o las infraestructuras -que contribuiría a mejorar las exportaciones-, además de favorecer un buen entorno empresarial.
Iakova puso como ejemplo las reformas en energía que se están llevando a cabo en México o las mejoras en infraestructuras en Colombia, para fomentar un aumento del crecimiento a largo plazo.
También destacó la importancia de conservar los “amortiguadores sociales” que tienen los países de la región, como por ejemplo, el nivel de reservas, para mantener políticas fiscales y conservar la capacidad de poner en marcha políticas contra-cíclicas para momentos de menor crecimiento.