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Iglesia advierte que Argentina 'está enferma de violencia' y advierte sobre la corrupción 'cáncer social'

Sábado, 10 de mayo de 2014 - 10:17 UTC
El documento se titula “Felices los que trabajan por la paz”, contiene una catarata de observaciones sobre la situación argentina El documento se titula “Felices los que trabajan por la paz”, contiene una catarata de observaciones sobre la situación argentina

La Conferencia Episcopal Argentina advirtió este viernes en un duro comunicado, carta abierta, que la nación “está enferma de violencia”, calificó a la corrupción de “cáncer social” y condenó severamente la “mal llamada ’justicia por mano propia’”.

 “Son numerosas las formas de violencia que la sociedad padece a diario. Muchos viven con miedo al entrar o salir de casa, o temen dejarla sola, o están intranquilos esperando el regreso de los hijos de estudiar o trabajar”, escribieron los obispos.

“Una violencia cada vez más feroz y despiadada provoca lesiones graves y llega en muchos casos al homicidio”, agregó el documento, titulado “Felices los que trabajan por la paz”.

Es “evidente la incidencia de la droga en algunas conductas violentas y en el descontrol de los que delinquen, en quienes se percibe escasa y casi nula valoración de la vida propia y ajena”, subrayaron los obispos.

“La reiteración de estas situaciones alimenta en la población el enojo y la indignación, que de ninguna manera justifican respuestas de venganza o de la mal llamada ’justicia por mano propia’”, constataron los prelados.

“La creciente ola de delitos -siguió el documento- ha ganado espacio en los diversos medios de comunicación, que no siempre informan con objetividad y respeto a la privacidad y el dolor”.

Argentina viene sufriendo un aumento considerable de la violencia en los últimos años, aunque sigue muy lejos de los índices que afectan a la mayoría de los países del área. Según estadísticas de Naciones Unidas, es junto con Chile y Cuba uno de los tres países con la más baja tasa de homicidios de América Latina.

Los noticieros de TV y canales de noticias suelen dedicar amplios informes a situaciones de violencia, desde robos, arrebatos, asaltos y asesinatos, con móviles en vivo durante todo el día. Según el informe de la ONU “Estudio global sobre el homicidio 2013”, presentado en abril, la Argentina tiene 5,5 homicidios cada 100.000 habitantes, después de Chile (3,1) y Cuba (4,2). Más abajo en el ranking se encuentra Uruguay, con 7,9.

“En la subregión de América del Sur, las tasas de homicidio en el Cono Sur (Argentina, Chile y Uruguay) se acercan a las tasas relativamente bajas que se registran en Europa”, afirmó el documento de la ONU. Sin embargo, Argentina es el primer país en cantidad de robos en la región.

La CEA recordó que “conviene ampliar la mirada y reconocer que también son violencia las situaciones de exclusión social, de privación de oportunidades, de hambre y marginación, de precariedad laboral” y advirtió sobre el riesgo de “habituarnos sin que nos duela el sufrimiento de los hermanos”.

Los obispos citaron también como formas de violencia “la desnutrición infantil, gente durmiendo en la calle, hacinamiento y abuso, violencia doméstica, abandono del sistema educativo, peleas entre ’barrabravas’ a veces ligadas a dirigentes políticos y sociales, niños limpiando parabrisas de los autos, migrantes no acogidos e, incluso, la destrucción de la naturaleza”.

El documento de la CEA también tuvo palabras contra la corrupción, a la que acusó de “cáncer social, causante de injusticia y muerte. Desviar dineros que deberían destinarse al bien del pueblo provoca ineficiencia en servicios elementales de salud, educación, transporte”, y sin embargo “estos delitos habitualmente prescriben” y se afianza “la impunidad”.

Los prelados instaron al respeto de la ley, “desde las reglas más importantes establecidas en la Constitución Nacional, hasta las leyes de tránsito y las normas que rigen los aspectos más cotidianos de la vida”.

“Frente al delito -agregaron- deseamos ver jueces y fiscales que actúen con diligencia, que tengan los medios para cumplir su función, y que gocen de independencia”.

Pero también subrayaron que “la cárcel genera en la sociedad la falsa ilusión de encerrar el mal, pero ofrece pocos resultados. El sistema carcelario debe cumplir su función sin violar los derechos fundamentales de todos los presos, cuidando su salud, promoviendo su reeducación y recuperación”.

“Nos duele y nos preocupa que casi la mitad de los presos no tenga sentencia. La mayoría de ellos son jóvenes pobres y sin posibilidades para contratar abogados que defiendan sus causas”, observan los obispos.

Categorías: Política, Argentina.