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Bank of America y Fitch, a pesar de todo, confían en la capacidad de pagos de Venezuela

Miércoles, 2 de abril de 2014 - 10:19 UTC
“La tasa cambiaria promedio de los importadores ya no está desalineada” por la importante depreciación del Bolívar “La tasa cambiaria promedio de los importadores ya no está desalineada” por la importante depreciación del Bolívar

Para el Bank of America, el gobierno de Venezuela debe aplicar otro importante ajuste en el tipo de cambio para comenzar a enderezar una economía que parece no tener rumbo. En la actualidad el complejo sistema de tipos de cambio se basa en los 6,3 Bolívares por dólar, pero en el mercado negra se cotiza a casi diez veces ese valor.

 De acuerdo con lo indicado por el estudio del Bank of America, el tipo de cambio oficial presenta una sobrevaloración entre el 78 y el 120%.

“Los desequilibrios fiscales son esencialmente el resultado indeseado de la sobrevaluación de la moneda”, destacó el informe. Y completó: “Corregir esa desalineación conduciría a una reducción del déficit fiscal de entre 7,8 y 12,3 puntos porcentuales del PIB, lo que lo recortaría a niveles de entre 1,1 y 5,6% del PBI”.

El Bank of America considera que el gobierno bolivariano ya pagó los costos políticos de la devaluación luego de haber aplicado medidas que llevaron a un encarecimiento del precio del dólar para el grueso de los importadores y de los ciudadanos comunes.

Actualmente, en Venezuela, el dólar oficial rige únicamente para las importaciones realizadas por el propio gobierno y para las importaciones de alimentos y medicinas. Para el resto de los venezolanos, hay dos sistemas de subasta: SICAD, con una tasa de cambio superior a los 10 bolívares, y SICAD II, a más de 50 bolívares.

“Como resultado de la significativa depreciación de la tasa de cambio del mercado paralelo, la tasa cambiaria promedio de los importadores ya no está desalineada. Una corrección de la sobrevaloración [del tipo de cambio de 6,3] es simplemente un asunto de alienar la tasa oficial de la tasa promedio de mercado, y de esa manera se puede lograr con un traslado mínimo a la inflación”, explicó el informe elaborado por el Bank of America.

Asimismo, el estudio resaltó que los bonos venezolanos hoy en día son percibidos en los mercados como los de mayor riesgo en el mundo. Sin embargo, la unidad de análisis del banco apunta que esto es un error.

“Nosotros creemos que el mercado está subestimando la capacidad de Venezuela de pagar sus obligaciones de deuda externa. Los diferenciales de la deuda soberana de Venezuela son los más altos de los mercados emergentes y han alcanzado niveles típicamente observados sólo en países que están cerca de declarar un incumplimiento de pagos”, subraya el estudio, que agrega que “Venezuela aún muestra mejores calificaciones que otras economías emergentes”.

No obstante, no todas las unidades de evaluación de riesgo presentan el mismo optimismo sobre la economía venezolana, una de las más golpeadas de la región.

Por su “inestabilidad económica”, la agencia Fitch Ratings rebajó la semana pasado la calificación de Venezuela desde “B+” a “B”, con perspectiva negativa. Esta caída de la calificación también se debió a la falta de políticas contra la inflación y la “distorsión” en el mercado de divisas.

“Las divisiones dentro del gobierno del presidente Nicolás Maduro y el débil capital político han retrasado los ajustes de política necesarios para abordar el aumento de desequilibrios macroeconómicos”, consideró la agencia.

En tanto, Fitch Ratings también advirtió sobre el “alto grado de polarización” que se está produciendo en Venezuela, que hace casi dos meses se encuentra en violentos enfrentamientos contra estudiantes y dirigentes opositores.

A pesar de los múltiples factores que llevaron a la economía venezolano a la presente inestabilidad, la agencia reconoce que los altos precios del petróleo y los acuerdos financieros con China podrían mitigar las limitaciones de financiamiento externo.

“A pesar del aumento de la conflictividad social en Venezuela, Fitch considera que el riesgo de inestabilidad social y política que conduce a la interrupción de los ingresos derivados del petróleo se mantiene en la actualidad bajo”, concluyó la calificadora de riesgo.