Centrales obreras opositoras al Gobierno de la presidenta argentina Cristina Fernández hicieron un llamado este miércoles a una huelga general de 24 horas para el 10 de abril, en reclamo de mejoras salariales ante la disparada inflacionaria.La convocatoria es también la primera protesta de alcance nacional contra el 'retoque' de política económica que lleva adelante Axel Kicillof.
La protesta ha sido convocada por los sectores más combativos de la peronista Confederación General del Trabajo (CGT) y de la izquierdista Central de los Trabajadores Argentinos afectará mayormente a las oficinas públicas y al transporte de carga, lo que puede causar trastornos en las exportaciones de soja en un momento clave de la cosecha.
Argentina padece una de las mayores tasas de inflación del mundo que este año analistas estiman rondará por encima del 30%, mientras que su economía está dando señales de agotamiento tras casi una década de fuerte crecimiento.
Un portavoz de la CGT dijo que los gremios del transporte público de pasajeros también se plegarán a la huelga.
El Gobierno afirmó que la protesta tiene motivos políticos y no gremiales, al acusar a los sindicalistas de estar alineados con el líder opositor Sergio Massa, un peronista que abandonó el Gobierno y está agrupando detrás de sí a fuerzas de la oposición y a detractores del oficialismo de cara a las elecciones presidenciales del 2015.
“Es un paro político en apoyo a un candidato”, dijo en una conferencia de prensa el jefe de Gabinete de Ministros, Jorge Capitanich.
La CGT, la mayor confederación obrera de Argentina, está dividida entre un sector cercano a Cristina Fernández que incluye a los masivos gremios metalúrgicos y metalmecánicos, y otro opositor encabezado por el dirigente Hugo Moyano, líder del poderoso sindicato de los choferes de camiones. En tanto la CTA representa mayormente a empleados estatales.