Brasil, tras el ajuste fiscal anunciado la semana pasada y ante el esperado crecimiento de las inversiones, tiene condiciones de mantener su actual calificación de riesgo, afirmó el ministro de Hacienda, Guido Mantega.
“Consideramos que Brasil tiene condiciones de mantener la solidez de las cuentas públicas y una trayectoria de crecimiento de la actividad económica y de la inversión, de modo que la calificación debe mantenerse en las condiciones actuales”, dijo el ministro en una teleconferencia con analistas y con la prensa extranjera.
Mantega se refirió así a las versiones según las cuales las agencias de calificación de riesgo pueden anunciar en breve una disminución de la nota de Brasil, tanto por el débil crecimiento de la economía como por la supuesta falta de compromiso del Gobierno para con las cuentas públicas.
El propio Mantega anunció que el Gobierno se impuso como meta terminar este año con un superávit fiscal primario equivalente al 1,9 % de su PBI, un ahorro en las cuentas públicas igual al alcanzado el año pasado.
Para alcanzar tal meta el Gobierno anunció igualmente un recorte de gastos de 44.000 millones de reales (unos 18.410 millones de dólares) de entre los aprobados para el presupuesto en 2014.
El ministro dijo que está dispuesto a promover un sacrificio adicional al ya anunciado en caso de que sea necesario. “Si hay necesidad, haremos un esfuerzo adicional para que la meta fiscal del 1,9 % no sea afectada. Para que sea cumplida puntualmente”, afirmó.
Según el ministro, las agencias de calificación de riesgo reaccionaron positivamente al anuncio. “Recibimos la manifestación de dos empresas de calificación aparentemente absorbiendo bien la propuesta de superávit que fue anunciada”, dijo.
La amenaza a la reducción de la calificación obedece a que el ritmo de crecimiento de la economía brasileña es considerado bajo en comparación con el de otros emergentes.
Tras haber registrado una expansión del 7,5 % en 2010, el crecimiento de la economía brasileña fue del 2,7 % en 2011 y de 1,0 % en 2012. Las proyecciones indican que la economía creció por debajo del 2,0 % en 2013 y el propio Gobierno redujo ayer su previsión para este año desde el 4,0 % hasta el 2,5 %.
Los analistas también señalan la vulnerabilidad del país a las actuales turbulencias mundiales como un factor que puede provocar una reducción de la calificación de Brasil, que de cualquier forma aún no perdería su condición de país seguro para la inversión.
“Nosotros cuestionamos los parámetros de los análisis que ubican a Brasil como una de las economías más vulnerables a las actuales turbulencias. Los analistas olvidan decir que tenemos las quintas mayores reservas internacionales y una de las menores deudas externas a corto plazo entre los emergentes”, dijo Mantega.
Según Mantega, el aumento de la inversión en Brasil también garantiza la solidez económica del país y justifica su calificación.
“La crisis redujo nuestras tasas de crecimiento pero estamos volviendo a la senda del crecimiento, especialmente por la inversión. Eso ya ocurrió el año pasado cuando la inversión creció un 5,5 % pese a haber sido un año difícil”, dijo.
El ministro afirmó que Brasil recibió 64.000 millones de dólares de inversión extranjera directa el año pasado y que tan sólo en enero de 2014 esos recursos sumaron 5.000 millones de dólares.