La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff informó el martes, que invitará al papa Francisco, un fanático confeso del fútbol, al Mundial en Brasil, aprovechando una reunión que tendrá lugar el viernes en el Vaticano con motivo del consistorio que designará nuevos cardenales.
Voy a invitarlo a la Copa del Mundo, dijo la presidente brasileña, al anunciar que tiene previsto encontrarse con el Pontífice al final de esta semana.
Rousseff participará, en el Vaticano, del consistorio que designará nuevos cardenales; entre estos, el brasileño Orani Tempesta, arzobispo de Rio de Janeiro y organizador de la Jornada Mundial de la Juventud que tuvo lugar el año pasado.
La mandataria brasileña también tiene previsto un encuentro personal con el Sumo Pontífice. En declaraciones a la prensa, Rousseff agregó que el Papa es hincha del club argentino San Lorenzo: Él tiene que ser hincha de su equipo, yo seré hincha de Brasil, dijo la presidente en referencia a la eterna rivalidad futbolística entre Argentina y Brasil.
Antes de informar de su intención de invitarlo al Mundial, que se celebrará del 12 de junio al 13 de julio, Rousseff elogió al Papa: Tiene un compromiso con los pobres. Lo respeto mucho por eso y también por el hecho de que es un papa latinoamericano, argentino.
El Santo Padre, ex arzobispo de Buenos Aires, es hincha desde niño de San Lorenzo de Almagro -que se proclamó campeón del torneo local en 2013- y en varias ocasiones ha recordado que acudía con su padre al famoso estadio del Gasómetro para seguir los partidos.
Será la tercera vez que la mandataria sudamericana se encontrará con el papa. En marzo pasado, Rousseff asistió a la primera misa celebrada por Francisco y en julio lo recibió en Río de Janeiro, en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud.
Del Vaticano, la presidente brasileña partirá hacia Bruselas, para participar en la VII Cumbre Brasil-Unión Europea que se realizará el lunes 24.
En una anterior visita al Vaticano tras la asunción de Francisco, Rousseff había bromeado al decir que Argentina podía tener un papa, pero que Dios era brasileño.
El día martes, Rousseff visitó las obras de la Arena de la Amazonía, el estadio de la ciudad de Manaos en el que se disputarán cuatro partidos del Mundial de Brasil 2014, a pesar de que el atraso en las obras impidió que la mandataria participara de la inauguración.
El mega-evento deportivo se ha convertido en un desafío para el gobierno de Rousseff, debido a las crecientes protestas contra los grandes gastos y la corrupción gubernamental, y además en octubre la mandataria deberá medirse en las elecciones presidenciales