Fuentes del Gobierno brasileño indicaron que la presidenta Dilma Rousseff, ordenó acelerar las conversaciones para la formación de un área de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea (UE), para evitar el riesgo de “aislamiento en el mercado global”.
Sin mencionarlo el Palacio de Planalto exhibió preocupación respecto a la posición argentina ante la UE y Rousseff instruyó a ministros y diplomáticos que se avance con celeridad hacia la instalación de una mesa de negociación entre la UE y el Mercosur, en la cual se presenten las listas de los productos que serán incluidos y excluidos en la apertura de mercado, consignó el diario Folha de São Paulo en su edición dominical.
“Esperamos que el intercambio de las ofertas se realice en enero”, declaró la presidenta el jueves, en el Palacio de Planalto, al hablar ante su colega francés Francois Hollande, su primera visita de Estado a Brasilia.
Un diplomático señaló que tanto Rousseff como empresarios de diversos sectores estiman impostergable comenzar las conversaciones con los países europeos ante el riesgo del “aislamiento” en el mercado global, publicó ayer el diario Folha de São Paulo.
La futura creación de un bloque económico entre la UE y Estados Unidos, así como otro entre los países asiáticos y americanos del Pacífico, puede afectar la inserción comercial de Brasil, coinciden funcionarios y comentaristas brasileños.
En tanto, una “alta fuente diplomática” señaló que Brasilia recibió con decepción el anuncio de la UE, de que solicitó que las negociaciones con el Mercosur, que debían ser iniciadas en diciembre, se realicen a principios de 2014.
“Estamos ante una tempestad perfecta de factores” que hacen recomendable firmar el pacto entre sudamericanos y europeos virtualmente congelado desde 2004, señaló un funcionario del Ministerio de Exteriores.
El canciller Luiz Alberto Figueireido viajó por países sudamericanos para ajustar posiciones de cara al eventual intercambio de ofertas con los europeos, que han planteado el interés en poder incrementar sus exportaciones de bienes industriales y acceder a las compras de los gobiernos, especialmente el brasileño.
Rousseff también envió a Roma al ministro Gilberto Carvalho, que participó en una conferencia organizada por el Gobierno italiano en la que respaldó un mayor acercamiento entre los dos continentes, como contexto de un acuerdo UE-Mercosur.
Las relaciones entre la UE y América Latina “deben renovarse” y evolucionar hacia “una relación más profunda, entre pares y no entre uno que da y otro que recibe”, afirmó el jueves Gilberto Carvalho, secretario general de la Presidencia.
Por otra parte, Folha informó ayer que existe un sector del empresariado firmemente interesado en la apertura comercial, como es el caso de la Confederación Nacional de la Industria, que el mes pasado propuso un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos, incluso sin la participación de los demás miembros del Mercosur.