Sin restar importancia a la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), el vicecanciller uruguayo, Roberto Conde, destacó. No obstante su falta de estrategia, el Mercado Común del Sur (MERCOSUR) constituye lo más trascendente en el proceso de integración regional ya que apunta a un sistema integral de relacionamiento entre los países que lo integran, mientras que el primero, por ahora, se limita a un centro de coordinación política.
Conde tuvo dos intervenciones días atrás en la Argentina durante un seminario que se desarrolló en la sede de la Biblioteca Nacional , en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, organizado por la oficina local de la “Fundación Friedrich Ebert”, de Alemania, para analizar la cuestión “Argentina, MERCOSUR y la integración”, y durante el cual expusieron, además, el subsecretario de Integración America y MERCOSUR de la Argentina , Eduardo Sigal; el diputado paraguayo al Parlamento del MERCOSUR (Parlasur) Ricardo Canese; el ex vicepresidente argentino Carlos Alberto “Chacho” Alvarez; el ex embajador chileno en la Argentina Luis Maira; y el periodista venezolano Modesto Emilio Guerrero; el director del Banco Central de la República Argentina (BCRA) Arnaldo Bocco; el ministro de Planeamiento Estratégico y Gestión del Brasil, Samuel Pinheiro Guimaraes; el economista argentino Ricardo Aronskind, y el historiador uruguayo Gerardo Caetano, mientras que el cierre estuvo a cargo del canciller argentino Jorge Enrique Taiana.
Al referirse a la coordinación política en la UNASUR destacó los acuerdos de los países del MERCOSUR con Venezuela (en proceso de adhesión a este último), Bolivia, Ecuador y Guyana y sobre las perspectivas de avanzar hacia un parlamento suramericano, pero siempre puntualizando que lo central, incluyendo la homogeneidad de criterios en materia de relacionamiento con el resto del mundo pasa por el bloque que integran la Argentina , el Brasil, el Paraguay y el Uruguay.
Advirtió, de todos modos, que se observa un estancamiento del proceso integrador desde 2004, tras una etapa de empuje entre 2002 y 2004, ya que sigue estando reducido a la cuestión comercial, aunque hayan existido avances que, por ahora son muy limitados en materia de justicia, parlamento, complemento industrial y la creación del Fondo de Convergencia Estructural del MERCOSUR (FOCEM). En ese sentido suavizó algunos cuestionamientos mayores que había formulado Canese y señaló que esos avances, aunque muy acotados, abrieron caminos que deben ser transitados.
Una de las mayores objeciones que planteó el importante funcionario oriental se relacionó con la supresión de la Presidencia de la Comisión de Representantes Permanentes del MERCOSUR (CRPM) a partir de diciembre pasado, y en tal sentido elogió la labor que, como titular de la misma, desempeñó “Chacho” Alvarez durante los últimos años. Con ello, puntualizó, se generó una enorme debilidad estratégica, ya que todo se limita a una relación de representaciones interestatales y se carece de una figura que aparezca como emblema unificador en la región.
Como pasos significativos a dar reclamó que se avance en la representación ciudadana en el Parlasur a través de la elección directa de sus miembros, cosa que hasta el momento sólo hace el Paraguay; que se amplíen las facultades del Comité de Revisión, y se intensifiquen las acciones del FOCEM para avanzar en el sentido de eliminación progresiva de las asimetrías estructurales entre los países miembros, especial entre los dos mayores (Brasil-Argentina) y los dos menores (Paraguay-Uruguay).
Tras destacar que las inversiones uruguayas en ampliar el puerto montevideano de aguas profundas como un importante centro integrador, se hizo cargo de que las relaciones argentino-orientales no han sido las mejores durante los últimos años y, en tal sentido, planteó que, más allá de la cuestión de la pastera de Botnia en debate, el Río de la Plata está seriamente comprometido, por lo que debe encararse el problema con una visión integral.
En tal sentido señaló lo imperioso de encarar todos los problemas con una visión integradora, ya que no se trata solamente de una cuestión de fondos, sino de políticas que permitan acelerar el desarrollo común, dejando de lado el latiguillo de que si la Unión Europea (UE) tardó 50 años en integrarse, los 19 desde que se firmó el tratado del MERCOSUR son muy pocos, ya que los tiempos y las circunstancias del mundo y de la región exigen otra velocidad.
Roberto Conde, que participó en los paneles denominados “La perspectiva política de la integración” y “Estrategias para la integración y obstáculos políticos”, en este, que se desarrolló en primer término, remarcó que el intercambio comercial alcanzado es importante y que en materia de convergencia estructural existen avances como la línea de alta tensión a tenderse desde el Brasil al Uruguay.
Otro punto que resaltó fueron las coincidencias logradas entre los cuatro miembros plenos del bloque con vistas al acuerdo MERCOSUR-UE. También se refirió a las posibilidades de ampliación con nuevos socios, como Venezuela, sobre lo cual solo resta el voto del congreso paraguayo, en tanto se ha invitado a Bolivia y Ecuador, en función de que ya ha estallado en los hechos la Comunidad Andina de Naciones (CAN) con los tratados de libre comercio (TLC) de Perú y Colombia con los Estados Unidos de América (el de Colombia aún en trámite) y con la UE (donde ambos países hicieron acuerdos al margen de Bolivia y Ecuador).
En relación con el conflicto argentino-uruguayo por la referida pastera localizada a orillas del Río Uruguay, Conde señaló que el gobierno del Frente Amplio (FA) debió aceptar un tratado que ya estaba firmado con anterioridad entre el gobierno de su país y el de Finlandia, lo cual, en caso contrario, hubiese significado una demanda por unos 2.000 millones de dólares estadounidenses cuando en 2002 se necesitaba de crédito internacional. Por lo tanto se mostró confiado en que durante los próximos meses la Corte Internacional de Justicia (CIJ), de La Haya , Países Bajos, se pronuncie en la materia, para contar con mayor información al respecto.
Al respecto, el viceministro oriental que fuera figura clave del seminario, señaló su convencimiento de que los aspectos técnicos de la planta ofrecen las mayores garantías ya que, de lo contrario, su gobierno no hubiese arriesgado la salud de su propia población en la zona de Fray Bentos. En ese punto insistió en la degradación que sufren el conjunto de la Hidrovía y la Cuenca del Plata que conforman los ríos Paraná, Uruguay y sus afluentes y que compromete a buena parte de los territorios argentino, boliviano, brasilero, paraguayo y uruguayo. Al remarcar esa severa degradación hizo hincapié en los desechos de las viejas papeleras situadas sobre la misma y en la gran cantidad de agroquímicos que se utilizan desde hace unos años.
Por Fernando Del Corro - Mercosur Noticias
Periodista, historiador graduado en la Facultad de Filosofía y Letras (FyL) de la Universidad de Buenos Aires (UBA), docente en la Facultad de Ciencias Económicas (FCE) de la UBA en Historia Económica Argentina y subdirector de la carrera de Periodismo económico y colaborador de la cátedra de grado y de la maestría en Deuda Externa, de la Facultad de Derecho de la UBA. Asesor de la Comisión Bicameral del Congreso Nacional para la Conmemoración del Bicentenario 1810-2010.