68 reclusos perdieron la vida y más de 30 resultaron heridos durante un motín y un incendio que ocurrió en una cárcel policial sobrepoblada de Valencia, al centro de Venezuela.
El gobierno de Venezuela, a través del Fiscal 1° del estado Vargas y funcionarios del Servicio Autónomo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime) impidió la salida del país de 130 niños que serían trasladados a Perú para reencontrarse con sus padres el pasado 15 de diciembre.